Bill Price, un expasajero que viajó a bordo del Titan en una misión previa, revela en una entrevista que OceanGate le explicó los riesgos de subirse al submarino. Según informa The New York Times, Price describió que le comentaron la posibilidad de que ocurriese una “implosión de una manera macabra”. “Experimentamos algunos de los peores escenarios y lo superamos. Mi pensamiento fue: “podemos hacer esto”, señala Price. Ahora, tras el incidente con el submarino Titan y del hallazgo de posibles restos humanos, la empresa comunica desde su página web que no realizarán más viajes de exploración.
OceanGate informó del riesgo de una implosión con la ilustración de una lata de refresco aplastada por un mazo. También compararon la presión que sufriría el sumergible con el impacto de un elefante sobre un pie con otros 100 elefantes encima. Pero el suceso en el que perdieron la vida Shahzada Dawood y su hijo Suleman, de 19 años, el explorador francés Paul-Henri Nargeolet, el explorador británico Hamish Harding y el consejero delegado de la firma OceanGate, Stockton Rushla no fue el primero.
El sumergible Titán solo llegó hasta el Titanic en 13 de sus 90 ocasiones, es decir, en el 14% de sus intentos. Unos datos que se reflejaban en los papeles que los pasajeros debían firmar, así lo muestra Insider. La empresa calificaba a la inmersión de “experimental” y ofrecían las cifras de los éxitos y los fracasos. Así lo comenta Price al recordar que, en su primer descenso, el Titan perdió su sistema de propulsión.
Al ver que no podían quitarse el lastre, ya que el peso se había cargado en la parte superior sin tope, los tripulantes se alinearon en el interior para correr de un lado a otro. "Escuchamos un ruido metálico y todos supimos que uno de los lastres había caído, así que continuamos haciendo eso hasta que todos los pesos estuvieron fuera", explicó. Pero al día siguiente la nave volvió a sumergirse un su segundo intento que sí terminó con la visita al Titanic, asegura El Economista.
En el programa de la BBC, The Travel Show, se emitió un vídeo sobre otra inmersión que se realizó el año pasado. En las imágenes se ve a Scott Griffith, que pilotaba el sumergible, nervioso porque había perdido el control. “Lo único que puedo hacer ahora mismo es girar 360 grados”, dijo Griffith.
"Sabes que estaba pensando 'No lo vamos a conseguir'. Estamos literalmente a 300 metros del Titanic y, aunque estamos en el campo de escombros, no podemos ir a ninguna parte más que en círculos", respondió Reneta Rojas, una submarinista mexicana que estuvo en la inmersión, mientras veía el vídeo en la cadena de televisión. Al final pudieron que corregir el rumbo y dirigirse hacia el Titanic sin ningún otro inconveniente.