Las desapariciones de menores causan estupor en Europa. Mientras en Francia se busca sin descanso al pequeño Émile, de dos años, en Italia preocupa y mucho la desaparición de la pequeña Kata en la ciudad de Florencia. Tras analizar más de 70 testimonios, las autoridades se siguen preguntando qué ocurrió con la niña peruana de cinco años, cuyo rastro se perdió el pasado 10 de junio mientras jugaba en el patio del antiguo hotel Astor, cuando este todavía estaba ocupado por numerosas familias, antes de ser desalojado.
Las investigaciones de los Carabinieri del Ros apuntan a un secuestro, aunque no se descartan otras hipótesis. Los agentes se centran en quién pudo escapar con la menor aquel día. Según sus cálculos, recogidos por 'La Nazione', lo tuvo que hacer entre las 15:13 (hora de la última imagen de la niña en las escaleras del hotel, dirigiéndose al patio) y las 16:45 (cuando su madre se da cuenta al regresar del trabajo de que Kata no está con su hermano y el resto de niños y comienzan a buscarla por su cuenta). La progenitora presentó la denuncia posteriormente ante los Carabinieri de Santa María Novella.
Los agentes también investigan si alguien se acercó al hotel, colaborando con otra persona, o si el secuestrador de Kata ya estaba dentro. Los Carabinieri han estado trabajando con las cámaras de seguridad de la zona durante días y una puerta que da a una instalación privada, que era un punto sospechoso, no ha aportado información útil, según los informes. Por allí no pasó Kataleya Álvarez, nombre de pila de la niña, ni los posibles responsables -o responsable- de su desaparición. También se analizan sacos o bolsas en las imágenes.
Ha pasado más de un mes y es difícil suponer que alguien pudiera haberse alejado con la pequeña con tanta facilidad de un edificio rodeado de más edificios. Siempre abarrotado, pero increíblemente desierto aquel sábado 10 de junio. Se sigue indagando en los posibles puntos por los que pudo escapar la persona que presuntamente se llevó a Kata. Además, en las últimas fechas se ha trabajado con un caso de ajuste de cuentas ocurrido en el lugar el 28 de mayo. No se descarta que pudiera mantener relación y que pudiera ser el detonante de la desaparición. Solo es otra hipótesis.
Son pocos los datos, y las hipótesis, según los medios locales, a veces se superponen y dificultan la búsqueda. Tras una inspección a fondo, también se ha podido determinar que la niña siempre estuvo dentro del hotel ocupado y se ha excluido que hubiera rastros biológicos de la menor en otras habitaciones que no sean las de la familia. Tras pruebas de ADN y numerosos interrogatorios, sigue sin esclarecerse el misterio de Kata. Sus padres solo piden encontrarla y se temen lo peor.