Daniel Moraes Bittar, de 42 años, ha sido detenido por las autoridades de Brasil por presuntamente secuestrar y violar a una niña de 12 años en Jardim do Ingá, en el municipio de Luziânia. Identificado como un presunto pedófilo, secuestró a la menor a la salida del colegio con la supuesta colaboración de su pareja, Gesielly Souza Vieira, de 22 años, y después la metieron en el interior de una maleta.
Mientras la indignación no deja de crecer en Brasil, las imágenes que registraron el momento en el que Bittar arrastraba a duras penas la maleta para subirla por las escaleras de casa han sido claves para su arresto.
Bittar, analista informático que cuidaba sus apariencias para simular que era un ciudadano ejemplar, en las redes sociales se pronunciaba incluso con mensajes en las que condenaba expresamente los abusos a menores: “La pedofilia es un delito. Denúncialo”, llegaba a decir en uno de sus mensajes.
Ahora, ha sido detenido en su apartamento en la región de Asa Norte, en Brasilia, por sus macabros actos, que iniciaron cuando, tras observar cuidadosamente cuál iba a ser su víctima, secuestró a la niña de 12 años en su colegio.
Para ello, las autoridades señalan que contó con la ayuda de Gesielly. Amenazándola con un cuchillo, utilizaron cloroformo para someterla y, posteriormente, se la llevaron hasta el maletero de un coche, donde guardaban la maleta en la que la introdujeron para transportarla al domicilio de Bittar, tal como señala el medio brasileño Globo.
En ese periplo del centro educativo a su vivienda, las imágenes de distintas cámaras de seguridad le captaron en el acto. Para entonces, además, las autoridades brasileñas ya estaban en alerta: un compañero de la niña había presenciado el secuestro y había avisado sobre ello.
Afortunadamente, la rápida investigación llevó hasta los responsables. Cuando llegaron al apartamento de Bittar, la niña estaba semidesnuda, esposada por las piernas. Tenía moratones, quemaduras químicas y signos de haber sido víctima de agresión sexual, extremo que confirmarían posteriormente.
“La víctima declaró que Bittar le tocaba las partes íntimas y que la obligaba a tocarle los genitales. También dijo que él la amenazaba todo el tiempo y le decía que sería su esclava sexual”, ha explicado el detective Joao Guilherme Medeiros, quien añadió que el agresor, además, habría grabado los hechos, registrando la agresión sexual y sus abusos, enviándole el vídeo a su novia.
“La víctima nos contó que mencionó el nombre de Geisy por teléfono”, ha señalado.
A este respecto, la Policía brasileña ha señalado que Bittar estuvo alrededor de tres días analizando el colegio en busca de una víctima. En el registro de su domicilio encontraron dispositivos de descargas eléctricas, distintas cámaras y material pornográfico, y juguetes sexuales.
Además, también hallaron un bidón de gasolina, lo que ha hecho sospechar a las autoridades que, tras violar a la niña, podría haber tenido intención de quemar su cuerpo.
En declaraciones ante las autoridades, el agresor ha señalado que el de aquel 28 de junio en que se contextualizan los hechos fue su único crimen, sin embargo, los indicios apuntan a que pudo haber cometido otros anteriormente con ayuda de su novia.