La inmigración uno de los grandes debates que pesará en las elecciones presidenciales con una sociedad dividida
Norteamérica es la región que más migrantes y peticiones de asilo y refugio recibe
La población está dividida acerca del tema migratorio
Los expertos destacan los beneficios que aportan las personas migrantes
Los economistas abogan por la inmigración como solución a problemas como el mantenimiento de las pensiones o la mano de obra en sectores específicos, en un mundo en el que las sociedades receptoras son cada vez más remisas a este fenómeno. En Estados Unidos, el país más popular el mundo para las personas solicitantes de asilo y el que más migrantes recibe, el tema se trata como una crisis fronteriza por parte de los medios y, tras ser el centro del debate político, ha llegado a convertirse en un arma arrojadiza por parte de los partidos.
Sin embargo, a las empresas hace tiempo que las cuesta encontrar trabajadores. Las causas son varias. Desde la reciente pandemia de Covid que restringió las posibilidades de movilización de los trabajadores durante dos años, al déficit de población que sufren algunos países limitando el numero de profesionales disponibles. Y si bien una parte de la ciudadanía mantiene una percepción positiva acerca de las personas migrantes, otra facción piensa que estas son una carga para las economías, una amenaza para su seguridad y un peligro para el estado del bienestar.
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Contexto
En la actualidad Estados Unidos se mantiene como el principal destino mundial migratorio, según el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas. Más de 50 millones de migrantes internacionales, a partir de 2020, dan lugar a que este país sea además el que más envío de remesas realiza al resto del mundo. Es también el que recibe los mayores flujos de solicitantes de asilo y refugiados, especialmente provenientes de Venezuela, Nicaragua, Guatemala, Honduras y El Salvador.
Desde la llegada del Mayflower, que supuso la génesis de una nación fundada por colonos llegados desde Europa, a la reapertura de fronteras que experimentó Estados Unidos a mediados del siglo XX y que provocó un flujo de llegadas principalmente no europeas, el país ha sido una zona receptora de personas que buscaban una vida mejor.
Trabajadores llegados desde Asia bajo la Ley Hart-Cellar de 1965, latinos gracias a programas especiales o africanos con proyectos de diversidad iniciados en los años 90, han configurado el país con el mayor número de migrantes internacionales del mundo. Según Pew Research, ya en 2020 Estados Unidos tenía más de 51 millones de personas llegadas desde fuera, del total de los 281 millones de migrantes existentes en todo el mundo.
A favor
El fenómeno migratorio se produce por las diferencias de ingresos entre los países de origen y de destino. Por ello los países más ricos atraen más inmigrantes, especialmente de países con poblaciones jóvenes mientras que las naciones con menor ingreso per cápita son las que producen más emigración. También los conflictos bélicos y la inseguridad son causas que generan importantes flujos de personas en busca de un futuro en países ajenos al suyo.
Son numerosos los informes de los expertos que alaban los beneficios que produce la inmigración, como se recoge en el estudio publicado en 2017 por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina estadounidense, titulado “Las consecuencias económicas y fiscales de la inmigración”, donde se destaca que los hijos de personas inmigrantes llegan a situarse entre los contribuyentes económicos y fiscales más fuertes de la población receptora, lo que alimenta la caja que el país necesita para garantizar pensiones y otros programas sociales.
También el Fondo Monetario Internacional publicó una investigación, en 2020, que señalaba cómo las personas inmigrantes en las economías avanzadas aumentan la producción y productividad, tanto en el corto como en el medio plazo. Esto se debe a que los trabajadores nativos e inmigrantes aportan al mercado laboral un conjunto diverso de habilidades que se complementan entre sí, dando lugar a la mejora incluso del ingreso promedio de los nativos. Ello no es visible sin embargo en la inmigración de refugiados, debido a las dificultades que estos afrontan para integrarse en los mercados laborales locales.
En contra
Los crecientes niveles migratorios están provocando un mayor rechazo entre la población estadounidense con respecto a la recepción de personas provenientes de otros países que quieren quedarse a trabajar en el país. Así lo pone de manifiesto una reciente encuesta realizada por The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research, que muestra cómo 4 de cada 10 adultos creen que el nivel de inmigración y solicitantes de asilo debería reducirse, mientras que aproximadamente 2 de cada 10 dicen que debería ser más alto. Solo un tercio quiere que los números sigan siendo los mismos.
Entre los republicanos, dos tercios de los encuestados creen que debería haber menos inmigrantes y solicitantes de asilo, mientras que solo 1 de cada 10 dice que debería haber más. Por parte de los demócratas, alrededor de una cuarta parte cree que la cantidad de inmigrantes debería aumentar, una cuarta parte dice que debería disminuir y 4 de cada 10 piensan que debería permanecer igual.
Esta división de opiniones ya tiene reflejo en las propuestas que los dos partidos mayoritarios estadounidenses tienen al respecto del tema migratorio, que se ha convertido en uno de los puntos estrella de la campaña presidencial de cara a 2024. Y es que los gobernantes son conscientes de que la política, junto con los medios de comunicación, son los impulsores del tema hacia la opinión pública. A ello también contribuyen factores como el tamaño, el origen, la religión y el nivel de habilidad de las personas migrantes, así como la economía del país receptor y ciertas características individuales de los ciudadanos como la edad, educación y situación laboral.