Estados Unidos ha confirmado el envío de bombas de racimo a Ucrania en un nuevo paquete de ayuda militar para las fuerzas de Volodímir Zelenski. El Gobierno estadounidense asegura que se trata de una decisión “difícil”, pero defiende que lo ha hecho consultando con los países aliados y alega que servirá a Ucrania para “defenderse” en la guerra iniciada por Rusia.
Esta decisión se produce pese a la oposición de los aliados, dado que choca directamente con los avisos de Naciones Unidas y contraviene una convención internacional que prohíbe el uso de este tipo de armamento, de la que, por otro lado, ni Estados Unidos ni Ucrania son parte, como Rusia.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, a este respecto, ha señalado que entiende, de hecho, que los países firmantes de dicho tratado "no pueden apoyar formalmente" este paso. Sin embargo, ha apuntado que estos mismos países sí "entienden" la decisión, ya que "reconocen la diferencia entre el hecho de que Rusia use sus municiones de racimo para atacar Ucrania y que Ucrania las use para defenderse".
Por su parte, el presidente de EEUU, Joe Biden, se ha expresado en los mismos términos en una entrevista para CNN: "Fue una decisión muy difícil para mí. La hablé con nuestros aliados, con nuestros amigos en el Congreso", ha dicho.
Las municiones de racimo prometidas por Washington son compatibles con las lanzaderas de proyectiles de 155 milímetros que ya tiene Ucrania, algo en lo que ha querido incidir Biden para hablar de lo que ha descrito como un "periodo de transición". Así, a este respecto, ha señalado que no se trata de un compromiso "permanente", sino hasta conseguir otro tipo de proyectiles de artillería que puedan servir a las fuerzas ucranianas.
La Convención sobre Municiones de Racimo, un tratado internacional suscrito por más de un centenar de países, aboga por prohibir este modelo de armas por su impacto indiscriminado sobre la población civil. "No somos firmantes de este acuerdo, pero me llevó un tiempo convencerme de hacerlo", ha explicado el mandatario norteamericano, que ha dicho seguir la "recomendación" fijada por el Departamento de Defensa.
"Lo principal es ver si (los ucranianos) tienen las armas para frenar ahora a los rusos (...) o no. Y creo que las necesitan", ha apuntado.
Sus declaraciones se producen además antes de que emprenda precisamente su rumbo a Europa para una gira por varios países, siendo la cumbre de líderes de la OTAN en Lituania, prevista para el martes 11 de julio, la gran cita.
En este escenario, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha reafirmado este viernes su apoyo a la convención internacional que prohíbe la utilización de las bombas de racimo.
Ha sido concretamente el portavoz de Guterres, Farhan Haq, el que ha recordado en rueda de prensa que éste "apoya" la Convención sobre Municiones de Racimo y "quiere que los países cumplan los términos" recogidos en este tratado, adoptado hace 15 años y suscrito por más de un centenar de países.
"Como resultado, por supuesto, (Guterres) no quiere que se sigan utilizando municiones de racimo en el campo de batalla", ha subrayado.
Mientras, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha agradecido a Estados Unidos el nuevo paquete de ayuda militar, con las bombas de racimo incluidas en él.
El mandatario ucraniano considera que "la expansión de las capacidades defensivas de Ucrania dará nuevas herramientas" para poner fin a la ocupación rusa y "acercar la paz".
Sin aludir específicamente a las bombas de racimo, ha destacado que se trata de un paquete "oportuno, amplio y muy necesario", en un mensaje en Twitter en el que ha resaltado los esfuerzos "decididos" de Washington, que "acercan la victoria" frente al "enemigo" ruso.
En esta línea, ha dicho que todo ello ayudará a que la “democracia” pueda imponerse a la “dictadura”.