Así vio morir Héctor Abad a la escritora ucraniana Victoria Amelina

Vladimir Putin intenta limpiar su imagen abrazando a niñas y enseñando su despacho. Pero fue él quien ordenó hace sólo una semana el brutal ataque contra una popular pizzería en Ucrania que mató a 13 personas. No es la primera vez que siembra el terror entre la población civil. Hoy hemos hablado con uno de los supervivientes de esa matanza. El escritor colombiano Héctor Abad Faciolince y otros dos compatriotas cenaban allí junto a la autora ucraniana Victoria Amelina cuando el misil ruso alcanzó de lleno el local. Entre los 13 civiles muertos, estaba su compañera. Un horror, una experiencia muy traumática, que el autor de "El olvido que seremos" no olvidará jamás.

El escritor cuenta en el diario El País el por qué de ese rato en la pizzería y los últimos momentos de una escritora comprometida y con todo por delante. Lo hace en un párrafo conmovedor, no sin antes dejar claro que un misil de tres millones de euros puede destrozar una pizzería para meter miedo a una población ucraniana que no quiere a los rusos, por mero escarmiento. Así narra Héctor Abad esos últimos instantes. "Por ahora les cuento tan solo el último instante en que Victoria Amelina tuvo conciencia. Yo estaba frente a ella en la terraza del restaurante. Como había ley seca, Victoria se había pedido una cerveza sin alcohol. Sergio Jaramillo me había llenado un vaso con hielo y algo parecido a jugo de manzana. Victoria miró mi vaso: “Parece whisky”, dijo, y sonrió. En ese momento nos cayó del cielo el Iskander, el infierno.

Héctor Abad apunta en su libretita roja todas las impresiones del atentado

Héctor Abad apunta todo en una libretita roja donde recoge las impresiones apresuradas de ese momento desgarrador, aturdido, minutos después del bombardeo en la pizzería. Un momento que el escritor recuerda peor de lo que nadie jamás haya podido imaginar. Lo último que vio de Victoria Amelina antes del impacto del misil fue su sonrisa, estaban bromeando. Él resulto ileso, pero la escritora murió este sábado consecuencia de las heridas.

El impacto de la muerte de la escritora ha sido brutal en Ucrania. Con 37 años y un hijo, había aparcado la literatura para denunciar los crímenes de la guerra en su país, Ucrania, convirtiéndose en un referente.

Héctor se enfrenta ahora a su trauma retomando sus charlas y echará mano de esa libretita para no olvidar. Siente una obligación moral de escribir sobre este crimen que le dejará marcado.