¿Es la reactivación de la ruta migratoria canaria un aviso de Marruecos al Gobierno?
La ruta migratoria del Atlántico, que tiene como punto de partida las costas del sur marroquí y destino el archipiélago español, se reactiva en las últimas semanas con consecuencias trágicas
Un año después de la tragedia impune de Melilla y en vísperas de las elecciones generales, los especialistas coinciden en que Rabat envía un mensaje a Madrid: nuestra cooperación es clave
La cooperación de Marruecos en materia migratoria está siendo, sin duda, la mejor de las noticias para el Gobierno de España en los 15 meses transcurridos desde que los dos Estados resetearan sus relaciones diplomáticas a raíz de la concesión de Pedro Sánchez a Rabat en el Sáhara Occidental. Desde el inicio del año, las cifras de entradas de migrantes irregulares en territorio español procedentes de Marruecos han caído de manera global. Pero, si las autoridades marroquíes han logrado sellar las fronteras de Ceuta y Melilla y reducir el tránsito de migrantes a través de la ruta del Estrecho, la atlántica, la que con origen en las costas saharauis y destino en el archipiélago canario ha experimentado un repunte en las últimas semanas. Y con la llegada definitiva del buen tiempo, amenaza con seguir al alza en las próximas semanas.
Un momento que coincide con la precampaña y la campaña electoral, posteriormente los comicios generales y, al cabo, las discusiones previsibles entre los distintos grupos electos para tratar de formar gobierno. Un momento propicio para que Marruecos, que espera que el nuevo Ejecutivo que salga del 23-J no se retracte de ninguno de los compromisos adquiridos por el actual, sobre todo en lo tocante al apoyo español al plan de autonomía en el antiguo Sáhara Español, se exprese a su forma.
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“Es bastante claro. Con España metida en una precampaña y posteriormente una campaña electoral, es el momento idóneo para abrir la válvula. Y para hacerlo en un lugar no muy llamativo, las islas Canarias, el corredor atlántico, y, sobre todo, con emigración fundamentalmente subsahariana. Es una llamada de atención, pues si, como probablemente puede pasar, hay Gobierno nuevo en España Marruecos está levantando la mano para decir que aquí están ellos”, explica a NIUS el consultor en políticas migratorias José Carlos Cabrera Medina. “Y, además, diciendo que podrían influir en esas elecciones generales”, remata.
Además, el especialista recuerda en declaraciones a NIUS que “el acuerdo pesquero entre Marruecos y la UE no se va a producir [el actual expira el próximo 17 de julio] y que la inmensa gran parte de las capturas de los barcos españoles se llevan a cabo en aguas del Sáhara, por lo que, a fin de cuentas, en los próximos años España tendrá que tener en los próximos años buenas relaciones con Marruecos”.
No en vano, en las últimas horas, Marruecos ha defendido su contribución a la lucha contra la emigración irregular. En una nota publicada por la agencia oficial MAP, Rabat se reivindicaba este sábado afirmando haber frustrado unas 366.000 tentativas de emigración ilegal hacia Europa en el último lustro. En 2022, las tentativas abortadas fueron 70.781 y hasta finales de mayo de este año, 25.519 intentos, según datos del Ministerio marroquí del Interior.
De acuerdo con el mismo despacho de la agencia estatal de información, el año pasado un total de 12.478 migrantes fueron rescatados en el mar, frente a 3.150 a finales de mayo de 2023. En cuanto al desmantelamiento de redes criminales de tráfico de migrantes, de acuerdo al Ministerio marroquí del Interior, la misma fuente señala que en 2022 se desmantelaron casi 290 redes criminales, frente a 117 a finales de mayo de este año.
Repunte acusado de la ruta canaria
Desde abril la ruta ha experimentado un continuo goteo de tentativas migratorias (las que trascienden al alcanzar aguas españolas). El pasado 8 de abril el naufragio de una patera partida de las costas de la provincia marroquí de Guelmim, a unos 200 kilómetros al sur de Agadir y 125 kilómetros de Tiznit, con el objetivo de alcanzar las costas canarias dejó 11 migrantes fallecidos. Entre las víctimas mortales, según el medio marroquí Alayoum24, había ocho ciudadanos marroquíes y tres de origen subsahariano.
Poco más de una semana después, Salvamento Marítimo rescataba en apenas 24 horas en aguas del archipiélago hasta 344 personas –de origen subsahariano y magrebí- que, a bordo de seis botes diferentes, habían zarpado de las costas marroquíes, según datos de la agencia EFE.
Días más tarde, el 27 de abril, Salvamento Marítimo rescataba hasta 223 personas que viajaban a bordo de cinco pateras distintas en aguas cercanas a Canarias. El 25 de mayo era rescatada al suroeste de Gran Canaria una lancha neumática con 42 personas a bordo, dos de ellas con heridas de armas de fuego. Apenas tres días más tarde, el 28 de mayo, en apenas unas horas Salvamento Marítimo lograba salvar la vida de 167 migrantes que viajaban en cuatro pateras en aguas de Gran Canaria y Lanzarote.
Pero el repunte es aún más acusado con el cambio de mes. Según datos del Ministerio del Interior, en los primeros 15 días de junio llegaron a Canarias un total de 1.508 inmigrantes, lo que supone una media de 100 al día en vez de los 39 que llegaban hasta mayo. Del 15 al 31 de mayo lo hicieron 911 migrantes.
Entre el sábado 17 y el domingo 18 de junio llegaron hasta las costas de Gran Canaria y Lanzarote a bordo de tres pateras hasta 141 migrantes. Por otra parte, en estos momentos la patera que zarpó hace dos semanas desde las costas atlánticas marroquíes con destino al archipiélago canario con 51 emigrantes marroquíes a bordo, algunos de ellos menores, permanece desaparecida. Así lo denunciaba el pasado sábado la Asociación de Ayuda de Emigrantes en Situación Vulnerable.
El último episodio, por ahora, de este arranque trágico del verano en la ruta canaria se produjo el pasado 20 de junio con el naufragio 150 kilómetros al sur de Gran Canaria de una lancha que había partido de Cabo Bojador (Marruecos) con 60 personas a bordo -un drama que coincide además con el naufragio masivo de un pesquero en aguas del mar Jónico. Grabaciones de Salvamento Marítimo –que recibió las coordenadas de la embarcación de la ONG Caminando Fronteras- constataron que el rescate se dejó en manos de Marruecos.
Ello pese a que el piloto de búsqueda situado en la zona mostraba dudas sobre la soberanía de las aguas donde navegaba la embarcación, como queda reflejado en la conversación mantenida entre Salvamento Marítimo y el citado piloto. En ella, desde el Centro de Coordinación le piden al piloto que “no entre en la zona SAR -siglas de Search and Rescue- marroquí”; son aguas cercanas al Sáhara Occidental, lo que plantea un problema añadido sobre la responsabilidad legal de España en ellas.
El barco de Salvamento Marítimo se situó el martes por la tarde a apenas una hora de navegación de la lancha, pero acabó naufragando tras toda una noche esperando a que llegara una patrullera marroquí. A día de hoy el balance es de casi cuarenta personas muertas (las autoridades españolas recuperó dos cadáveres, uno de ellos perteneciente a una menor, y al menos 36 personas más desaparecieron). Las autoridades españolas aseguran que Marruecos rescató con vida a 24 personas. Por último, un día después del citado naufragio, el pasado jueves fueron rescatados cerca de las costas de Canarias a un total de 227 migrantes.
Buenos datos en Ceuta, Melilla y el Mediterráneo
El último informe del Ministerio del Interior constata que la cara de la moneda para España ha sido la caída en las llegadas irregulares a Ceuta y Melilla, la Península y Baleares.
En relación a las dos ciudades autónomas, las entradas irregulares de migrantes por vía marítima en el período comprendido entre el 1 de enero y el 15 de junio a Ceuta es de un 38,9% menos este año respecto al ejercicio anterior. En el caso de Melilla, la caída es algo inferior, un 31,7%. Por vía terrestre también se ha experimentado una caída en la entrada de migrantes irregulares. En el período comprendido desde el comienzo del año hasta el pasado 15 de junio en Ceuta el retroceso ha sido del 5,4% y del 94,5% en Melilla.
Si las noticias para el Gobierno son buenas en el flanco occidental del Mediterráneo, son igualmente positivas en la ruta argelina. Los iniciales temores, hace ahora un año, de que el enfado de las autoridades argelinas con el Gobierno de Pedro Sánchez a raíz del giro diplomático español en el Sáhara supondría una oleada de migrantes procedentes de las costas argelinas con destino a Baleares y la Península no se han cumplido. Aunque Argelia sigue castigando al Gobierno a través de un veto comercial a las empresas españolas, ha evitado en todo momento hacerlo mediante el arma migratoria.
Como, en fin, los últimos acontecimientos registrados en el Mediterráneo y en el Atlántico han puesto de manifiesto, el problema de la migración irregular no tiene una solución definitiva a corto y medio plazo y a períodos de mayor número de tentativas los suceden lapsos con menor actividad. Los flujos de migrantes procedentes del Sahel y otros puntos de África oriental y la mayor o menor colaboración de Marruecos –todo apunta a que en un momento clave para el futuro gobierno de España Rabat lanzará antes o después sus mensajes- determinarán cuándo comienzan y terminan esos períodos. El complejo cóctel geopolítico en Europa y África augura un verano de turbulencias.