En la localidad estadounidense de Elko, en el noreste del estado de Nevada, luchan contra una plaga de grillos mormones que ha invadido la ciudad. Son millones y están por todas partes. "Los ves moverse y arrastrarse por la carretera y se te pone la piel de gallina. Es asqueroso", dice una ciudadana.
Según el diario 'Idaho Statesman', los grillos mormones son, en realidad, un tipo de saltamontes longicornios que emergen periódicamente en la región, incluyendo partes, además de Nevada, de Utah e Idaho. Cabe destacar que no pican y no suponen un peligro para la población, como sí lo son los mosquitos en Huelva.
Tampoco vuelan, pero destrozan los cultivos. Y los habitantes de Elko aseguran que también se están comiendo el estuco de las viviendas. "Nos provocan depresión y ansiedad, violan nuestro espacio y cuando estamos dentro de casa suena como si lloviera, porque se mueven y se descuelgan de las paredes", indica Colette Reynolds, una de las vecinas.
Precisamente, es el agua de la lluvia la única solución que puede terminar con esta plaga puesto que son animales que se sienten atraídos por la sequía. Sin embargo, es una invasión que, según apuntan los expertos, se veía venir. "Nos hemos ido acercando cada vez más a su hábitat natural, el espacio en el que viven", subraya Jeff Knight, entemólogo del estado de Nevada.