El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ya ha sido informado de la situación en Rusia tras el estallido de la crisis provocada por la rebelión del grupo de mercenarios Wagner, un conflicto que ha cogido casi desprevenidos a los servicios de Inteligencia occidentales, mientras fuentes de la Casa Blanca piden calma para evaluar la situación y evitar cualquier malentendido que pueda exacerbar todavía más la tensión con Moscú.
Según estas fuentes de la cadena CNN, responsables de Estados Unidos así como de países aliados todavía no quieren valorar en profundidad lo que está ocurriendo porque el presidente ruso, Vladimir Putin, en este momento tan delicado, podría sobrerreaccionar a cualquier comentario.
No obstante, altos responsables de la Administración Biden ya han mantenido en las últimas horas reuniones de emergencia para evaluar una situación que "ha ocurrido tan rápido que ha cogido a Estados Unidos y a Europa por sorpresa".
"Era imposible saber", ha dicho una de estas fuentes sobre las tensiones entre Wagner y el Ejército ruso, "cuánto era palabrería y cuánto era real, porque la tensión llevaba mucho tiempo aumentando sin que pasara nada en absoluto". Fuentes de Inteligencia europeas han coincidido en que "estaba claro que la temperatura iba subiendo", pero poca gente podía predecir lo que el líder de Wagner, Yevgeni Prigozhin, estaba planeando de verdad.
Estas mismas fuentes, no obstante, sí que han puesto un plazo inicial de cara a un posible giro del conflicto, al estimar que los mercenarios de Wagner comenzarán a padecer, en un plazo de 24 a 48 horas, los efectos de la falta de munición y combustible tras romper sus vínculos con el Ejército.