Unas cuarenta reclusas de una cárcel de Honduras han muerto este martes en una reyerta y un incendio en el interior del centro penitenciario de mujeres, el principal del país.
El gobierno de Honduras ha declarado el estado de emergencia en el penal para movilizar a las fuerzas del Ejército y la Policía y tratar de controlar el amotinamiento. El fuego ya fue controlado por el Cuerpo de Bomberos de Honduras, según ha explicado la viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, que ha sido designada por la presidenta hondureña, Xiomara Castro, para liderar una intervención de las cárceles del país.
El grave incidente ha ocurrido en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), cerca de la capital de Honduras, donde se escucharon detonaciones de arma de fuego y se produjo un incendio.
El portavoz del Ministerio Público, Yuri Mora, ha informado a los medios que "41 reclusas han fallecido por el momento, la mayoría están calcinadas", aunque el número de mujeres afectadas se conocerá cuando concluya el levantamiento de los cadáveres.
La revuelta en el interior de la cárcel tuvo su origen cuando presas pertenecientes a la pandilla “Barrio 18” accedieron a uno de los módulos y dispararon contra otras reclusas, además de prenderles fuego, según explicaron algunas de las mujeres heridas en el incidente.
La presidenta de la Asociación de Familiares de Privados de Libertad, Delma Ordóñez, sin embargo, declaró a los medios que la reyerta y el incendio en el centro penitenciario se desató después de que las autoridades notificaron nuevas reglas al interior de la cárcel.
La viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, ordenó una "intervención inmediata" en la cárcel tras declarar una emergencia por la revuelta y aseguró que este incidente es "producto de las acciones del crimen organizado" en respuesta a la intervención anunciada por las autoridades en las cárceles de Ilama, en Santa Bárbara, en el occidente del país, y de La Ceiba, en el Caribe.