La Guardia Costera de Estados Unidos ha confirmado a través de Twitter que un avión canadiense P-8 ha detectado ruidos submarinos en el área donde buscan al submarino Titán, desaparecido el domingo con cinco personas a bordo mientras trataban de bajar al fondo del Atlántico para ver de cerca al Titanic.
“Como resultado, las operaciones de ROV (vehículo operado remotamente, por sus siglas en inglés) se reubicaron en un intento de explorar el origen de los ruidos. Esas búsquedas de ROV han arrojado resultados negativos pero continúan”, ha indicado la institución estadounidense en redes sociales.
El aviso de la Guardia Costera de EEUU:
La Guardia Costera ha explicado que la información será utilizada para organizar futuros planes de búsqueda. Según un memorando interno del gobierno de EEUU, citado por CNN, informa de que se han detectado golpes cada 30 minutos aunque no está claro cuándo y cuánto duraron.
Hasta tres aviones de transporte C-17 del ejército estadounidense se han usado para trasladar equipos de apoyo y sumergibles comerciales desde Buffalo, Nueva York, a St. John’s, Terranova, para ayudar en las labores de rescate, ha indicado un portavoz del Comando de Movilidad Aérea de EEUU. El ejército canadiense ha proporcionado un avión de patrulla y dos barcos de superficie, incluido uno que se especializa en medicina de buceo.
Los rescatistas y organizaciones involucradas se han visto obligadas a redoblar la búsqueda porque, incluso en las mejores circunstancias, el submarino podría quedarse sin oxígeno este jueves en horas de la mañana. A bordo hay cinco personas, dos millonarios y el hijo de uno de ellos, el dueño de la empresa OceanGate, que organiza la inmersión y un explorador francés, experto en el Titanic.
El sumergible desapareció el domingo a unos 700 kilómetros de la costa de Newfoundland, sin que por el momento se tengan pistas sobre su paradero. Perdió el contacto con la superficie menos de dos horas después de iniciar la inmersión.
El transatlántico de lujo 'Titanic' se encuentra a unos 600 kilómetros de la costa de Newfoundland, en Canadá, a una profundidad de 3.800 metros bajo la superficie marina. Su naufragio se produjo en 1912 y se saldó con más de 1.500 fallecidos, aunque los restos del pecio no fueron localizados hasta 1985.