Marisa Anderson, una operadora del servicio de Emergencias 911 de Wisconsin, Estados Unidos, recibió una llamada de su propio hija para alertarla de que su casa estaba sufriendo un incendio.
Los hechos ocurrieron el pasado 9 de junio, cuando la mujer se encontraba en su puesto de trabajo atendiendo a las llamadas de emergencia de los ciudadanos. En un primer momento la trabajadora no se dio cuenta de que la que llamaba era su propia hija.
"Mamá, mamá, hay llamas saliendo de la casa", se escucha gritar a la menor. "¿Incendio en una casa?¿cuál es la dirección?", pregunta la mujer, todavía sin darse cuenta de que se trata de su domicilio. Después de que la menor confirmase que se trataba de su casa, la trabajadora se dio cuenta de que era su hija la que alertaba del fuego.
"¿La casa está en llamas?", pregunta alterada la mujer. Ante la confirmación de su hija, la trabajadora obliga a sus hijos a que se queden fuera de la casa para que estén a salvo, mientras se le escucha comentarle a una compañera lo que está ocurriendo: "Es mi casa", explica. Acto seguido, tranquiliza a sus hijos asegurando que ya va para allá y se escucha cómo otra compañera coge el relevo mientras la mujer acude de inmediato a su domicilio.
Afortunadamente, los menores no resultaron heridos, aunque las mascotas de la familia fallecieron en el incendio. Se cree que el fuego fue originado por un cable eléctrico. La mujer se ha mostrado muy orgullosa de que sus hijos supieran cómo actuar en todo momento y que todo quedara en un fatal susto.