La rápida y valiente actuación de un trabajador en un establecimiento de la ciudad de Durham, Reino Unido, no deja de acumular elogios en las redes sociales después de que la propia Policía local haya distribuido las imágenes del momento en el que logró frustrar un robo en su tienda frente a un ladrón que le amenazaba con un cuchillo de cocina. El vídeo, registrado por las cámaras de seguridad, recuerda a otro caso similar ocurrido en Leeds, también en Reino Unido, donde igualmente un empleado se enfrentó a un ladrón armado que había cometido 13 delitos en solo 20 minutos.
En esta ocasión, todo comenzó cuando el delincuente, identificado como Malcolm Trimble, entró en el establecimiento con un cuchillo de cocina escondido inicialmente bajo una manga. Allí cogió un paquete de cuatro cervezas y, a continuación, amenazó al tendero, que se encontraba tras el mostrador.
Convencido probablemente de que iba a salir airoso del lugar, con lo que el ladrón no contaba fue con la rápida reacción del empleado, que en cuanto vio una oportunidad salió corriendo, cerró la puerta de la tienda dejando al delincuente dentro y, a continuación, activó el mecanismo de cierre de la persiana metálica del establecimiento.
Percatándose de que podía quedarse encerrado, el ladrón intentó entonces con todas sus fuerzas abrir la puerta, mientras desde el otro lado el trabajador procuraba impedirlo. En un determinado momento, de hecho, Trimble logró abrir para intentar escapar, pero para entonces la persiana metálica ya estaba bajando y apenas quedaba un hueco por el que escabullirse.
En un intento desesperado, el ladrón intentó pasar por el hueco que quedaba entre la tienda y la calle, pero solo consiguió introducir su cuerpo parcialmente, quedando atrapado, con la cabeza dentro del establecimiento y el torso fuera, atrapado por la persiana metálica.
“No fue el arresto más difícil que hemos hecho nunca… Para ser honestos, era un caso abierto y cerrado”, señala la Policía de Durham en Facebook, desde donde han explicado que cuando llegaron lo único que tuvieron que hacer fue ponerle las esposas.
“Los oficiales llegaron a los tres minutos de la llamada para encontrar al sospechoso tirado en la calle, con la cabeza dentro de la tienda”, han precisado.
El propio trabajador consiguió frustrar el robo y atrapar al ladrón, que ahora ha sido condenado a tres años y cuatro meses de cárcel tras admitir el intento de robo con un arma blanca. Antes del arresto y apurando sus últimos instantes en libertad, eso sí, tuvo tiempo de echar mano de las cervezas que intentaba llevarse.