Tiene fama de ser un fiscal duro, íntegro, discreto - jamás responde a preguntas de periodistas - y con experiencia en casos contra políticos tanto en EE.UU. como en el extranjero. Durante tres años, Jack Smith, de 54 años, investigó crímenes de guerra en Kosovo en la Corte Penal Internacional de La Haya. Hasta 2020, cuando el fiscal general Merrick B. Garland le llamó para incorporarse a su equipo y no lo rechazó.

El Departamento de Justicia le asignó, el pasado noviembre, la tarea de supervisar dos investigaciones sobre el expresidente Donald Trump, de 76 años. La primera, sobre el asalto al Capitolio y sus intentos para obstruir el cambio en la Presidencia estadounidense tras las elecciones de 2020; la segunda, sobre los más de 300 documentos clasificados hallados en su mansión de Mar-a-Lago, en Florida, tras abandonar la Casa Blanca. "Es la elección correcta", explicó Garland tras designarlo.

Ahora el fiscal especial Smith se ha convertido en el artífice de la primera imputación federal a un presidente de Estados Unidos. Trump se va a enfrentar a siete delitos penales, entre ellos, obstrucción a la justicia o violación de la ley de espionaje, que conllevan penas de cárcel muy altas. Los demás cargos se harán públicos este martes, cuando Trump comparezca en un juzgado de Miami.

Nacido en Nueva York y licenciado en derecho por la Universidad de Harvard, en los noventa ejerció de fiscal en la oficina del fiscal de distrito de Manhattan y de Brooklyn. Años después dirigió la unidad del Departamento de Justicia que investigaba a políticos y otras figuras públicas acusadas de corrupción. Entre sus casos más conocidos, la condena a Robert McDonnell, el exgobernador republicano de Virginia, que fue anulada después por la Corte Suprema, y la condena a Rick Renzi, republicano de Arizona, a quien Trump indultó durante su presidencia, según The New York Times.

En 2017, se mudó a Países Bajos para supervisar varias causas contra los acusados de crímenes de guerra en el conflicto de Kosovo a fines de la década de los noventa. Cuando los ayudantes de Garland se pusieron en contacto con Smith, él y su equipo acababan de condenar a un funcionario de alto rango en Kosovo y estaban preparando un caso contra el expresidente del país, Hashim Thaci, a quien se ha relacionado con el asesinato de 100 albaneses, romaníes y serbios. En la Corte Penal Internacional ya trabajó también entre 2008 y 2010.

Smith lamentó entonces no poder estar en La Haya para el juicio, pero aceptó la oferta del fiscal general por responsabilidad profesional. Su llegada se retrasó por otro accidente de bicicleta que le dejó una pierna gravemente herida. Es un amante del deporte extremo, experimentado ciclista y runner, ha participado en más de 100 triatlones alrededor del mundo, Alemania, Brasil, Canadá o Dinamarca y ha completado nueve Iron Man.

"La administración corrupta de Biden ha informado a mis abogados de que he sido imputado, aparentemente por el bulo de las cajas --de documentos clasificados-- (...) Nunca pensé que fuera posible que algo así pudiera pasarle a un expresidente de Estados Unidos (...) Este es un DÍA OSCURO para Estados Unidos". Las palabras de Trump tras anunciar su imputación en su red Truth Social acusando de caza de brujas a la justicia caen en saco rato. Los fiscales del departamento de Smith ya han señalado que la imagen que Trump y sus rivales proyectan de Smith, como un fiscal entusiasta ansioso por presentar cargos, no se ajusta a la realidad.

Donald Trump comparecerá este martes en un juzgado de Miami para la presentación de cargos. El magnate ya fue condenado por abusos sexuales hace dos meses en una demanda civil por el caso de la actriz porno Stormy Daniels. Y tiene otros dos frente judiciales abiertos. Todo a un año y medio de las elecciones presidenciales de 2024, en las que Trump es el candidato republicano favorito en todas las encuestas.