La prensa argelina se ceba con la “brutal derrota” de Sánchez tras un año de boicot a España

  • Los medios del país norteafricano destacan el “fracaso” del presidente del Gobierno y el “castigo” de los españoles en los comicios municipales y autonómicos del 28 de mayo

  • Argel confía en que un relevo en La Moncloa tras las próximas generales sirva para ‘resetear’ las relaciones entre las dos administraciones tras el giro de Sánchez en el Sáhara Occidental

“Sánchez castigado por los electores”, “brutal derrota” o “fracaso electoral” del presidente del Gobierno de España han sido algunos de los titulares de la prensa argelina que, en ausencia de declaraciones por parte de las autoridades del país magrebí, constituyen el más fiel reflejo de las posiciones y los ánimos del régimen militar tras las elecciones municipales y autonómicas españolas del pasado 28 de mayo.

Desde que, mediante una carta remitida al rey de Marruecos el 14 marzo de 2022 el jefe del Ejecutivo español defendió la propuesta de autonomía marroquí para resolver el contencioso del Sáhara Occidental, Pedro Sánchez se convirtió en bestia negra para las autoridades argelinas. El régimen argelino, que es el principal apoyo del Frente Polisario, la organización política y militar que Naciones Unidas considera representante del pueblo saharaui, afeó a España haber roto la neutralidad que tradicionalmente sus gobiernos habían mantenido en la cuestión para apoyar de manera nítida a Marruecos.

Pero, tras la inmediata retirada de su embajador en Madrid, hubieron de transcurrir más de dos meses y medio para que, concretamente el 8 de junio de 2022, Argel se sirviera la venganza contra el Gobierno de Sánchez y diera por suspendido el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación firmado con España en 2002 y diera orden a la asociación de organizaciones financieras para que no avalaran ninguna actividad comercial en la que participaran empresas españolas. La próxima semana se cumplirá, por tanto, un año de boicot comercial a las inversiones y exportaciones españolas en el país norteafricano –que habían costado ya al comienzo de la primavera mil millones de euros a las empresas de nuestro país- y también doce meses desde que las autoridades argelinas decidieron rebajar a mínimos las relaciones con Madrid.

Desde entonces el jefe del Gobierno español se ha convertido periódicamente en blanco de las críticas de los representantes gubernamentales argelinos, empezando por el propio presidente Abdelmadjid Tebboune. Pocas semanas después de trascender la misiva del presidente del Gobierno a Mohamed VI, Tebboune había asegurado que “teníamos buenas relaciones con España, pero Sánchez lo ha roto todo”. La última vez que el jefe del Estado argelino se refería en público a la crisis con Madrid, a finales del pasado mes de febrero, aseguraba que las relaciones de su país con el pueblo español son “muy buenas”, pero culpaba al presidente del Gobierno del “acto hostil” y el “paso en falso” del apoyo a las tesis de Marruecos en el Sáhara.

Argelia atribuye a Sánchez el “fracaso” del 28-M

La prensa argelina no dejó pasar la ocasión del mal resultado de los candidatos socialistas en las municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo y centró en la figura del presidente del Gobierno el “fracaso” electoral y el “castigo” de los españoles en las urnas. El digital TSA Algérie, el más leído de los vinculados al país magrebí, titulaba este lunes con la “brutal derrota” del presidente del Gobierno en los recientes comicios. En el texto, el medio digital afirmaba que “Pedro Sánchez debe negociar con los partidos de izquierda que están en desacuerdo con él en la gestión del equilibrio de las relaciones con Marruecos y Argelia, pero también al respecto de la gestión de la cuestión del Sáhara Occidental, que cuenta con numerosos apoyos históricos en el seno de la izquierda española”.

Por su parte, el digital Observalgérie recordaba también este lunes que “la mejora de las relaciones entre los dos países [Argelia y España] está condicionada por el cambio de Gobierno en España”. El medio concluía con prudencia que “una cosa positiva para las relaciones bilaterales con Argelia es que el PP ha prometido regresar a la posición de neutralidad de España en la cuestión del Sáhara Occidental. Sin embargo, hay que esperar a las generales para conocer el futuro de las relaciones hispano-argelinas”.

Lo cierto es que, si en los últimos meses los medios argelinos, oficiales y oficialistas –que son casi la totalidad en un entorno mediático casi sin voces críticas con el poder; la represión del régimen a cualquier disidencia se acentúa en los últimos meses-, dieron por imposible el restablecimiento de los puentes con España mientras Sánchez siguiera siendo presidente del Gobierno, tras el resultado electoral del pasado 28 de mayo anticipan la derrota del candidato socialista en los próximos comicios y centran las miradas en su posible sucesor, el popular Alberto Núñez Feijóo, al que confían la “prioridad” de reconducir las relaciones con Argelia.

En este sentido, el medio Algérie Patriotique, uno de los más cercanos a la élite militar gobernante, recogía el pasado miércoles unas declaraciones del presidente del PP –no fechadas- en las que el aspirante a la presidencia del Gobierno afirmaba que “su prioridad es restablecer las relaciones con Argel” y que intentaría estar a la altura de la “herencia dejada por todos los presidentes del Gobierno, Felipe González, José María Aznar, que tuvieron excelentes relaciones con Argelia y Portugal”. “Argelia es un país con el que hemos firmado un tratado de amistad”, ponía el medio argelino en boca de Núñez Feijóo.

Una semana después de que Argel diera por suspendido el Tratado de Amistad hispano-argelino, 15 de junio del año pasado, el líder del PP aseveró en una visita a la provincia de Almería que “nada le gustaría más que reponer las relaciones con Argelia, un socio estratégico”. “Nunca hemos roto la política internacional en el Magreb, es una pena que se rompa unilateralmente”, prosiguió el presidente de los populares, para lanzar finalmente un consejo a Sánchez: “Consultemos a los diplomáticos españoles que conocen muy bien el Magreb y siempre han acertado”.

A pesar de los intentos del Gobierno de rebajar la tensión con las autoridades militares y de las infructuosas quejas ante el Ejecutivo de los empresarios españoles castigados por el veto argelino, poco ha cambiado en la relación bilateral en los últimos doce meses. Después de haber optado por Italia como socio económico preferente de la nueva etapa abierta en el continente con la crisis energética derivada de la invasión rusa de Ucrania, recientemente el presidente Tebboune cursaba además visita oficial de dos días a Portugal para estrechar lazos económicos con el país vecino. Los mensajes argelinos a Pedro Sánchez han sido claros. Hace ya algún tiempo que ambas partes tiraron la toalla y renunciaron a intentar recomponer la situación. Argelia espera que el nuevo presidente dé marcha atrás en la cuestión del Sáhara o al menos matice el apoyo a Marruecos. El Gobierno asume las pérdidas de los empresarios mientras el flujo de gas argelino quede a resguardo. Sólo resta esperar. La próxima parada, el 23 de julio.