El fiscal general de Nueva Gales del Sur, Michael Daley, ha confirmado este lunes en una rueda de prensa que una investigación sobre el caso de Kathleen Folbigg, condenada a prisión en 2003 por la muerte de sus cuatro hijos, presentaba "dudas razonables" sobre su culpabilidad, por lo que ha ordenado su indulto y puesta en libertad.
Folbigg, de 55 años, fue condenada por presuntamente matar a tres de sus hijos, y por homicidio involuntario de su primogénito, entre los años 1989 y 1999. Los bebés tenían entre 19 días y 19 meses, informa 9News.
La pareja formada por Kathleen y su marido Craig tuvieron en 10 años, entre 1989 y 1999, cuatro hijos: Caleb, Patrick, Sarah y Laura, pero ninguno de ellos alcanzó los dos años. Lo que en principio parecía ser un caso de lo que en medicina pediátrica se conoce como síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), dio un vuelco tras aportar el marido tras la separación del matrimonio, los diarios de su esposa. En ellos aparecen comentarios de puño y letra de la mujer en los que parece indicar que las muertes se produjeron con "ayuda". Y eso condenó a su esposa. Ahora se ha revisado el caso.
La acusada siempre ha mantenido su inocencia, asegurando que todos sus hijos murieron por causas naturales. La revisión de este caso ha tenido lugar después de que una investigación científica apuntara a una posible mutación genética que provoca arritmias letales. Los puntos clave de este nuevo informa que ha llevado a la decisión del indulto incluyen "la posibilidad razonable" de que tres de los cuatro niños murieran por causas naturales.
"Creo que todos tenemos que ponernos en el lugar de Folbigg y dejarle ahora el espacio que necesita para continuar con su vida; no acosarla o perseguirla de ninguna manera. Ha sido un calvario de 20 años para ella. Le deseamos lo mejor para el resto de su vida", ha indicado Daley, tal y como recoge 'The Sydney Morning Herald'.
A pesar de que no había ninguna prueba directa contra Kathleen, sino los comentarios de su diario, la mujer fue condenada como responsable de la muerte de sus cuatro hijos, lo que le granjeó el apodo de la mujer más odiada de Australia.