El misterio no se ha resuelto un mes después, pero la esperanza sigue viva. Cuatro niños sobrevivieron al accidente de una avioneta. Todos los adultos murieron. El aparato se estrelló en la selva amazónica colombiana y se encontraron los cadáveres de las tres personas que viajaban con ellos (su madre y el piloto, entre ellas); pero de los niños, ni rastro. Los equipos de rescate han hallado pistas que les hacen afirmar que siguen vivos. El presidente colombiano, Gustavo Petro, llegó a anunciar, por error, que los menores habían sido localizados; lo hizo en un tuit que borró posteriormente.
Los desaparecidos son cuatro hermanos, entre ellos un bebé de 11 meses. Los otros tienen 13, 9, y 4 años. La avioneta Cessna U206G en la que viajaban sufrió un fallo de motor -del que alertó el piloto- y se precipitó a tierra entre los departamentos de Caquetá y Guavire. Ocurrió el pasado uno de mayo; dos semanas después, se encontraron los restos de la aeronave.
Un operativo, en el que participan 119 hombres de las fuerzas especiales y más de 70 indígenas, sigue tras la pista de los pequeños. La búsqueda en esa zona es complicada porque la selva es muy tupida y la luz apenas se filtra entre los árboles.
Los equipos de rescate confían en que los cuatro niños, que son indígenas y procedentes de Araracuara, sobrevivan en un entorno que no es fácil. Las expectativas se mantienen "al cien por cien", asegura el general Pedro Sánchez, comandante del Comando Conjunto de Operaciones Especiales. Esto es así, dice, "por las huellas que hemos encontrado, por las evidencias que han dejado los menores y por las condiciones, que a pesar de lo inhóspito de la selva, les ofrecen a los menores alimentos", explica a AP. Y añade: "Pero también porque son indígenas, de la Araracuara; y, de alguna manera, les es un poco más fácil la adaptación y la supervivencia en la selva".
El último hallazgo que ha reavivado la esperanza es una huella. La pisada se han encontrado a 3,2 kilómetros al noroeste del lugar en el que cayó la avioneta. Las nuevas pistas indicarían que los menores cambiaron de rumbo, que están solos y que siguen luchando por sobrevivir, informa Associated Press.
Previamente, los equipos de rescate habían encontrado un biberón, toallas, pañales usados y unas tijeras. Estaban en una zona cercana al lugar en el que se produjo el accidente y no se sabe si los pequeños dejaron esas pertenencias en el camino de forma intencionada y para ofrecer pistas sobre su destino.
"Operativo Esperanza" es el nombre del operativo que busca sin tregua a los cuatro pequeños: Lesly, Solecni, Tien y Cristian. "Estamos ya cerrando el cerco; creemos que estamos supremamente cerca", ha asegurado el general Pedro Sánchez a la agencia EFE. El hombre que lidera la búsqueda ha explicado que creen que los niños están con vida porque, de lo contrario, ya se hubieran encontrado los cadáveres. Así lo ha asegurado también la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Astrid Cáceres a France 24: "Si estuvieran muertos, ya los hubiéramos encontrado… El olor atraería animales que nos orientarían dónde están".
El Ministro de Defensa, Iván Velásquez, ha viajado a Guaviare, donde se ha instalado un Puesto de Mando Unificado. "Espero que pronto se logre el objetivo y que, para felicidad de todo el país, el milagro efectivamente se produzca", ha dicho.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, anunció el pasado 17 de mayo que los niños habían sido encontrados con vida. Afirmó que había recibido esa información de Bienestar Familiar, una institución que trabaja por los derechos de los menores. Esta institución había recibido la noticia de miembros de comunidades que viven en la selva que aseguraban que los menores habían sido encontrados con vida y que estaban bajo su custodia. Más tarde se confirmó que la noticia era falsa y el mandatario acabó lamentando "el error".
La abuela de los pequeños, María Fátima Valencia, no pierde la esperanza. Según ha contado a RCN Radio, ha soñado que sus nietos se refugiaban "en una cueva y que una boa los está cuidado".