Cientos de peregrinos han viajado al monasterio de los Benedictinos de María, Reina de los Apóstoles, en la zona rural de Missouri (Estados Unidos). El motivo, el cuerpo, al parecer casi intacto tras ser exhumado la monja afroamericana Wilhelmina Lancaster, que murió a los 95 años de edad en el año 2019.
La Hermana Wilhelmina Lancaster, de la religiosa Orden de San Benito (OSB), fue la fundadora de las Hermanas Benedictinas de María, Reina de los Apóstoles, en 1995, a sus 70 años de edad. Esta comunidad monástica es reconocida por sus cantos gregorianos y sus álbumes de himnos católicos clásicos.
La CNA reseñó que la exhumación se llevó a cabo debido a que la abadesa y las hermanas decidieron trasladar su cuerpo a un lugar de descanso final dentro de la capilla de su monasterio. Esta es una costumbre para fundadores y fundadoras. Cuando el ataúd fue desenterrado, el cuerpo de Lancaster estaba aparentemente “incorrupto”.
“Esperando encontrar huesos, las hermanas Benedictinas desenterraron un ataúd con un cuerpo aparentemente intacto, a pesar de que el cuerpo no estaba embalsamado y el ataúd de madera tenía una grieta en el medio que dejó entrar humedad y suciedad durante un tiempo desconocido durante esos cuatro años”, detalló la agencia.
Wilhelmina nació el 13 de abril de 1924 en St. Louis, un Domingo de Ramos. De acuerdo con Aci Prensa, fue la segunda de los cinco hijos de un matrimonio católico. Aunque sus padres la bautizaron como Mary Elizabeth Lancaster, la hermana tomó el nombre de Wilhelmina cuando realizó sus votos.
Lancaster tuvo una experiencia mística a los 9 años de edad en su Primera Comunión, en la que indicó que Jesús se le apareció y la invitó a unirse a él. A los 13 años de edad, le escribió a las hermanas Oblatas de la Providencia, en Baltimore, solicitando permiso para unirse. Sin embargo, debido a que todavía era muy joven, tuvo que esperar. No fue sino hasta graduarse de la escuela secundaria que ingresó a esa orden religiosa. Allí permaneció durante 50 años.
El descubrimiento ha dado lugar al inicio de una investigación. En este sentido, la diócesis de Kansas City-St. Joseph emitió un comunicado sobre el descubrimiento. De hecho, el obispo James Johnston invitó a todos los fieles a seguir rezando durante este tiempo de investigación “por la voluntad de Dios”.