La coronación de Carlos III dejó varios momentos icónicos que no tardaron en aparecer en las redes sociales. Uno de ellos fue el despiste de Katy Perry cuando no encontraba su asiento en la abadía, otro cuando entró un misterioso personaje con gafas y bigote con el que muchos bromearon pensando que se trataba de la duquesa de Sussex infiltrada. Aunque, en realidad, se trataba del compositor galés sir Karl Jenkins quien estuvo sentado junto a Andrew Lloyd Webber durante la coronación. El músico continuó la broma a través de TikTok asegurando que no era Megan Markle .
Pero si hay que destacar un momento por llevarse todas las miradas sería la aparición de “la Parca”. Una figura vestida de negro y con capucha que sujetaba un bastón similar a una guadaña. Ante esa extraña escena no tardaron en aparecer las teorías cómicas y conspiranoicas. Unos aseguraban que era la princesa Diana buscando venganza, otros de que era Meghan Markle y algunos con que se trataba del oráculo de la serie Vikingos llamado The Seer.
Al final esta extraña aparición resultó tener una explicación más sencilla. Y es que simplemente se trataba de un sacristán que hacía su trabajo como de costumbre.
No todas las anécdotas acabaron ahí. El príncipe Luis, hijo de Kate y Guillermo, siempre saca alguna sonrisa con sus instantes más auténticos. Y esta vez no ha sido menos. Durante la larga ceremonia el pequeño acabó haciendo lo que a más de uno le hubiese gustado: bostezar. Cansado de las dos horas que duró la Coronación, el príncipe Luis se entretuvo junto a su hermana comentando la catedral.
Después con la boca abierta y bailando, el pequeño príncipe saludaba a la multitud mostrando su simpatía y espontaneidad que le caracterizan en sus momentos más virales.
Inglaterra vivió un momento histórico que no ocurría desde hace 70 años: la primera ceremonia formal de coronación de Carlos III, sucesor de Isabel II. Un evento al que asistieron más de 2000 invitados entre los que se encontraban mandatarios internacionales, del Gobierno y oposición británicos e incluso artistas.
El rey Carlos III, de 74 años, lució por primera y última vez la corona de San Eduardo, diseñada en el sigo XVII para Carlos II, sucediendo así a su madre, la reina más longeva en los últimos 1000 años.
Camila también fue coronada como reina de Reino Unido en la Abadía de Westminster con una tradición que comenzaba por ungirle aceite en la cabeza por el arzobispo de Canterbury y después colocarse la corona de la Reina María, dejando así de ser la reina consorte.