Estados Unidos se prepara para el cambio en su política migratoria que traerá el fin este jueves (a las 00.00 del 12 de mayo, hora de Washington) del Título 42, la legislación implementada por el Gobierno del expresidente Donald Trump durante la pandemia que permitía las devoluciones en caliente en las fronteras.
El Título 8, el que existía anteriormente, entra en vigor de nuevo este jueves, una política migratoria a la que el presidente, Joe Biden, ha realizado algunos cambios que sólo pretenden regularizar la situación: "Lo que estamos haciendo ahora es hacer la migración legal más ágil, y la migración ilegal más corta (...), para que la gente sepa que hay una forma legal para llegar aquí y otra que no lo es".
Biden ha asegurado este viernes, un día antes del fin de la polémica norma de la era Trump, que lo único que desean es que "las fronteras funcionen como es debido y como están diseñadas".
También ha tratado de aclarar las dudas sobre las medidas que entrarán en vigor el secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, que ha explicado en una rueda de prensa este miércoles que están tratando de tener una comunicación más directa con los migrantes que pretenden viajar a Estados Unidos.
"Estamos dejando muy claro que nuestras fronteras no están abiertas, que cruzar irregularmente es contrario a la ley y que quienes no reúnan los requisitos para recibir ayuda serán devueltos rápidamente", ha afirmado en la presentación de una campaña digital --en español-- dirigida a los migrantes con imágenes de personas siendo deportadas del país.
Durante su comparecencia también ha mandado personalmente un mensaje directo hacia los migrantes, pidiendo que "no crean las mentiras, no escuchen a los traficantes", y dejando claro que "esto será lo que os pase: seréis devueltos".
Funcionarios del Gobierno han anunciado este miércoles nuevas medidas de seguridad para las personas que sean "elegibles para la expulsión acelerada", un plan "integral, multiagencia y multinacional basado en la aplicación de la ley, la disuasión y la diplomacia para gestionar humanitariamente la frontera".
Como parte de esta nueva normativa, las familias que puedan ser deportadas pero que expresen su intención de solicitar asilo o que presenten razones creíbles por las que podrían correr peligro en sus países de origen, podrán ser atendidas más rápidamente.
Aun así, hasta el momento de su vista, tendrán que adherirse a un toque de queda y llevarán una tobillera localizable para ser monitorizados. Además, si finalmente se niega su petición de asilo, serán deportados en menos de 30 días.
También serán deportadas en ese momento --una devolución en caliente-- las personas que sean detectadas entre varios puntos de cruce en la frontera. Además, los migrantes que no hayan solicitado asilo en un tercer país --por ejemplo, si han cruzado desde un país centroamericano a México y de ahí a Estados Unidos--, no tendrán derecho a hacerlo en Estados Unidos.
Estas medidas se suman a las ya anunciadas estas semanas por el Gobierno, que informó de la apertura de Centros de Procesamiento en varios países latinoamericanos, con el objetivo de que los migrantes reciban asesoramiento antes de iniciar el camino irregular, para conocer así las vías legales.
En los últimos días, cientos y hasta miles de personas se han concentrado en diferentes puntos de la frontera sur de Estados Unidos con México, algunos esperando a que el reloj marque la medianoche del día señalado para tratar de cruzar en ese momento, mientras que otros intentan atravesarla antes de que se incremente la presencia policial en la zona.
Las autoridades han confirmado que este martes el número de personas que cruzaron irregularmente la frontera fue de 11.000 migrantes, con los centros de procesamiento en las ciudades estadounidenses fronterizas saturados.
De hecho, este miércoles se ha trasladado a varias decenas de personas que ya se encuentran en la ciudad estadounidense de El Paso (Texas) a otros centros del interior del país, en un esfuerzo por liberar este punto antes de la previsible entrada de más personas.
Además, los medios presentes en la zona reportan un número cada vez mayor de personas en puntos como el cruce mexicano de Ciudad Juárez, frontera con El Paso, donde se enfrentan a temperaturas de más de 30 grados centígrados sin apenas lugares a la sombra, y donde vientos muy fuertes han provocado una tormenta de arena en el área que dura ya varias horas.