Las tres niñas estaban a punto de ser arrastradas por la corriente del río Bravo, que no lleva ese nombre por gusto. Fueron abandonadas en un islote, donde quedaron las tres menores de 9 años, seis y una bebé de poco más de un año.
La Guardia Nacional (GN) avisó a los servicios de rescate de la Frontera, que acudieron por agua y tierra hacia las coordenadas de la denominada Isla del Mudo. A bordo de una embarcación, que el personal del INM encontró entre la hierba seca a las tres niñas, que estaban a merced de que el agua inundara la zona.
La escena que encontraron fue que la hermana mayor protegía a la más pequeña, a la que tenía abrazada, mientras la de 6 años permanecía inmóvil con una mochila en la espalda.
Uno de los miembros del rescate las subió a bordo de la embarcación, donde comprobaron su estado de salud y les dieron chalecos salvavidas.
Cuando lograron alcanzar tierra firme, de lado de México, fueron recibidos por agentes de la Guardia Nacional. A las preguntas de estos, las niñas contaron que eran hermanas, que venían de El Salvador y tenían 9, 6 y 1 año y 6 meses .
La tragedia esta vez pudo evitarse. La mayoría de las veces no, como revelan los datos oficales que hablan de cientos de niños mueren junto con sus padres a diario en el intento de cruzar la frontera a Estados Unidos.
Los informes más recientes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), durante el presente año fiscal, que finaliza el 30 de septiembre, se han contabilizado alrededor de 750 muertes de migrantes en la frontera con México.