El italiano Nuccio Ordine (Diamante, 1958) acaba de ser nombrado Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, reconocimiento que lo premia entre un total de 45 candidaturas de 16 nacionalidades distintas. El jurado valora su “labor de cultivo y perfeccionamiento de las ciencias y disciplinas consideradas como actividades humanísticas y de lo relacionado con los medios de comunicación social en todas sus expresiones”. Un defensor de la educación libre en consonancia con “la búsqueda del conocimiento y de lo mejor de cada persona, sin suscribirse a un interés económico”, buscó siempre con su trabajo académico ofrecer luz sobre un sistema educativo que consiguiese salirse de las leyes del consumismo y volviese al origen de la persona ante el aprendizaje y la cultura. Dijo a una entrevista a NIUS hace dos años: "Yo pienso que la única manera de enseñar es con la enseñanza presencial, porque la trasmisión del saber es algo que se hace en la comunidad". Es profesor de Literatura Italiana en la Universidad de Calabria y profesor visitante de grandes universidades internacionales como la Sorbona de París, Yale o el IEA de París.
Nacido en el sur de Italia, en la región de Calabria, reconoció en una entrevista, hace años, al diario Repubblica que se había criado siempre con una pasión y curiosidad profunda mientras aprendía a leer con un famoso programa de aquella época en la RAI que ayudaba a los italianos a alfabetizarse -con el profesor Manzi en 'Non è mai troppo tardi' (Nunca es demasiado tarde) en aquellos años en Italia consiguieron la primaria un millón de personas-. Eso le permitió acercarse a los periódicos que compraba su abuelo. En aquel momento en su pequeño pueblo marinero, Diamante, no había escuela, los que podían iban a estudiar a casa de la maestra. Precisamente reconoce en aquellos años el acceso, aunque humilde, al conocimiento como una manera de rescate desde un lugar inhóspito hasta la silla de profesor universitario que hoy ocupa. Ahora, con 65 años, sigue viviendo en la provincia de Cosenza en una casa de campo en la que guarda 22.000 libros como si fuesen su tesoro más preciado, al que ha llamado alguna vez su patria.
El jurado ha destacado su habilidad para establecer “un diálogo con la sociedad contemporánea para transmitir en especial a los más jóvenes, que la importancia del saber se encuentra en el proceso mismo de aprendizaje”. Idea que defendió siempre donde, para él, tal y como ocurrió con su propia historia, el encuentro con un profesor y un libro puede cambiar la vida de un alumno. Ha defendido con esfuerzo a través de su obra un sistema educativo donde se forma a ciudadanos libres, no conformistas. En sus numerosos ensayos, muchos de ellos publicados en España por la editorial Acantilado, como “Clásicos para la vida” en 2017 o “Tres coronas para un rey” y “Los hombres no son islas” en 2022, intenta afrontar sus temas más propios sobre la filosofía de la educación, además, como dice el jurado, lo hace con “los valores enraizados en el pensamiento europeo más universal”. Fue con la publicación de “La utilidad de lo inútil” cuando Nuccio Ordine se hizo un pensador conocido a nivel internacional.
Su pensamiento se ha elaborado en las últimas décadas a través de la idea por la cual el verdadero valor del aprendizaje, en la escuela y en la universidad, está en el profesor, en las relaciones humanas, en el deseo sincero de aprender. “La función del maestro tendría que ser cambiar la vida de los estudiantes, no para que ganen el Nobel, sino para que entiendan que no se estudia para lograr un título, sino para intentar ser mejores”, dijo en 2019 en una entrevista a un periódico español. Criticaba, además, que se considerase la escuela moderna el uso de móviles, ordenadores y tabletas, que se abandonase lo humano. A través de su idea anticapitalista criticó en numerosas ocasiones que el recorrido académico de los jóvenes en Italia, pero también en otras partes del mundo, estuviese orientado al mercado y no para formar ciudadanos solidarios, justos y preocupados por el medio ambiente. Criticaba además que las nuevas generaciones tuviesen que elegir una carrera por sus salidas económicas y no guiados por sus pasiones. A eso le llamó “corrupción general de la sociedad”.
Otro aspecto que ha destacado el jurado es “su trabajo académico, centrado en figuras relevantes del Renacimiento, destaca la necesidad de recuperar la riqueza del humanismo para las nuevas generaciones”. Precisamente sobre la escuela del futuro el académico ha criticado en numerosas ocasiones el devenir de la enseñanza en la actualidad con pocos recursos humanos y demasiado eclipsada por la tecnología. Recientemente se ha expresado en contra del enaltecimiento que hace el Gobierno italiano dirigido por Giorgia Meloni del mérito en el mundo de la escuela como único camino para el éxito. “La escuela-empresa: detrás de la valoraciones y del mérito se esconde la escuela neoliberalista, que quiere formar consumidores pasivos, soldados que solo piensan al dinero y al éxito”, dijo a un medio especializado italiano. Criticaba además que los fondos del Recovery Fund fuesen usados para informatizar la enseñanza del país transalpino y no para mejorar la formación y calidad del profesorado.
En sus primeras palabras tras el premio ha agradecido la confianza y el honor de recibir un reconocimiento que ya tuvieron otros grandes italianos del pensamiento como Umberto Eco. Además, agradece, "a quienes cada día -en una choza africana o un pueblo pobre de Calabria o de Hispanoamérica- realizan un gran milagro: permitir a los estudiantes pobres dar ese salto social y cultural que hace nuestra sociedad más justa e igualitaria".