Un individuo ha asesinado a sangre fría a ocho personas, entre ellos varios niños, en un centro comercial a las afueras de Dallas, en Texas.
El individuo armado bajó del vehículo gris plateado a las puertas del centro comercial de Allen, a 20 kilómetros de Dallas y disparó indiscriminadamente. Quienes pasaban delante de él no tenían escapatoria y cayeron abatidos por la lluvia de tiros, interminables.
Había niños, gente tirada en el suelo, muertos o malheridos, recuerda uno de los testigos. Seis personas murieron en el momento, dos posteriormente en el hospital. Otras siete víctimas han resultado heridas.
El joven al asesino iba vestido completamente de negro, con un chaleco, en lo que parecía un equipo de combate.
En el centro comercial cundió el pánico. Entre carreras, clientes y dependientes se encerraron en las tiendas, mientras la Policía peinaba el lugar. Un agente que había acudido allí por una incidencia menor terminó abatiendo al atacante, pero la confusión continuó. Posteriormente, la policía confirmaría que el asesino actuó solo.
Aún conmocionados en esta localidad de Texas, sus autoridades esperan avanzar en la investigación, sobre todo en lo concerniente al perfil del asesino.