La Coronación de Carlos III está más cerca, con más de 2.000 invitados, un espectáculo mundial en el que no faltarán artistas de renombre y la representación de las Casas Reales. Carlos III se sentará por fin en su trono, que ha tenido que ser restaurado por culpa de los grafiti.
Este 6 de mayo se vive con alegría y festejos en Gran Bretaña pero también en alta tensión. No ha comenzado desde luego con buen pie la llamada "operación orbe de oro", con un coste de 170 millones de euros, la gran parte del presupuesto dedicado a la coronación. A pesar del gigantesco despliegue de seguridad, un individuo lograba lanzar cartuchos contra Buckingham Palace, poniendo en alerta a los equipos de seguridad.
El hombre, que en seguida fue detenido por agentes de Scotland Yard, al parecer lanzó un paquete con cartuchos de escopeta mientras gritaba proclamas como su intención de "matar al Rey", según han recogido ya numerosos medios locales e internacionales. A pesar de que el operativo fue rápido y eficaz, este hecho ha puesto de relieve que aún hay brechas en la seguridad del evento, y todos están en alerta máxima.
Tras acordonar la zona, especialistas en detonaciones controladas tuvieron que hacer explotar los cartuchos, que asustaron a muchos de los viandantes, curiosos y turistas que estaban por la zona. Afortunadamente, ni Carlos III ni su mujer, Camila de Cornualles, se encontraban en el recinto, donde sí habían estado horas antes para dar la bienvenida al Primer Ministro de Australia. Ni su identidad ni sus motivos han trascendido todavía.
Los desfiles del sábado ya se han ensayado sobre el terreno, con las dos carrozas que se utilizarán ese día. En la abadía de Westminster, ya cerrada, se dan los últimos retoques. Y se acuñan las primeras monedas de un Carlos III ya coronado.
La policía también utilizará tecnología de reconocimiento facial en las calles. "La lista de vigilancia se centrará en aquellas personas cuya presencia suscitaría preocupación, incluidas las personas buscadas por delitos o sobre las que pesa una orden de detención pendiente", dijo Scotland Yard.
"Tendremos la mayor movilización de agentes en un solo día que se haya visto en décadas, con algo más de 11.500 agentes de servicio", afirmó el subcomisario adjunto Ade Adelekan. Será "una de las operaciones de seguridad más importantes" que haya vivido el país, subrayó el secretario de Seguridad, Tom Tugendhat. "Nuestros servicios de inteligencia y nuestras fuerzas del orden son perfectamente conscientes de los desafíos a los que nos enfrentamos y están listos para hacerles frente", agregó en declaraciones a Times Radio.
Según los planes, más de 6.000 miembros de las fuerzas armadas británicas participarán del desfile, lo que representa la operación ceremonial militar más grande en 70 años. Unos 4.000 marineros, soldados, aviadores y otro personal militar de todo el Reino Unido y la Commonwealth escoltarán a los reyes en su regreso al palacio. Más de 1.000 miembros del ejército, la fuerza aérea y la armada bordearán la ruta de la procesión.