Carlos III será coronado este sábado a las once de la mañana en la que será la primera ceremonia de coronación del trono británico que verán los británicos y el mundo entero en setenta años, desde la de Isabel II en 1953. La anterior fue la de Jorge VI en 1937. Carlos se convirtió en rey después de la muerte de su madre, Isabel II, el 8 de septiembre de 2022. Fue proclamado rey por el Consejo de Adhesión del Reino Unido dos días más tarde, el 10 de septiembre.
Se celebrará en la abadía de Westminster donde han sido coronados todos los reyes británicos desde Guillermo el Conquistador, el rey de los normandos, que se convirtió en Guillermo I en una ceremonia el 25 de diciembre de 1066. La de Guillermo el Conquistador es la primera coronación documentada. Se cree que Haroldo II, el último rey anglosajón, fue también coronado en la abadía en enero de ese año antes de ser derrotado y muerto en la batalla de Hastings ante los normandos, pero esa ceremonia no está documentada.
La abadía se empezó a construir en 1042 por Eduardo el Confesor, el penúltimo rey anglosajón, con el estilo románico. Es la primera iglesia románica levantada en Inglaterra. Pero no fue concebida como una iglesia para coronaciones sino para entierros. Fue terminada en 1060 y consagrada el 28 de diciembre de 1065, una semana antes de que muriera y fuera sucedido por su cuñado Haroldo II.
El papel de la abadía como iglesia de coronación influyó en la reconstrucción de la iglesia por parte de Enrique III con estilo arquitectónico gótico en 1245. Entonces se planeó un gran espacio debajo del cimborrio, entre el coro y el altar mayor. El primer rey en ser coronado en la abadía actual fue Eduardo I en 1274.
Carlos III se convertirá en el cuadragésimo monarca inglés y británico en ser coronado en este templo. Minutos antes de las once de la mañana, Carlos y Camila partirán desde el palacio de Buckingham en la llamada procesión del rey en el carruaje dorado tirado por ocho caballos grises criados en Windsor, escoltados por el regimiento montado de la caballería doméstica. Avanzarán la avenida de The Mall, que escapa de palacio, por el arco del Almirantazgo, y luego girará por la avenida del Whitehall hasta llegar a la plaza del Parlamento y la bordeará para detener el carruaje en la entrada de la abadía de Westminster.
En el interior del templo, estarán esperando los dos mil invitados, entre los que se encuentran reyes y reinas extranjeros, príncipes y princesas jefes de estado y miembros de la aristocracia que convertirán la entrada de la abadía en un glamuroso desfile de celebridades. Carlos III romperá con la tradición real de no invitar a otros reyes. Durante siglos la convención dictó que ningún otro rey debería estar presente en la coronación de un monarca británico porque la ceremonia sagrada pretende ser un intercambio íntimo entre el monarca y su pueblo en presencia de Dios. Pero Carlos III ha incluido en la lista de invitados a otros monarcas.
Estarán los reyes de España, Felipe VI y Letizia (no fueron invitados los eméritos), los reyes de Países Bajos, Guillermo Alejandro y Máxima, con su hija mayor, la princesa Catalina Amalia, y el rey de Suecia, Carlos Gustavo, que acudirá acompañado de su hija Victoria, la princesa heredera. También el príncipe soberano de Mónaco Alberto II y su esposa Charlene, los príncipes herederos de Dinamarca, Federico y María (representarán a la reina Margarita II, recién operada de la espalda), los príncipes herederos de Noruega, Haakon Magnus y Mette-Marit, y el príncipe heredero de Japón, Fumihito, en representación del emperador Naruhito, que no ha podido acudir.
También acudirán el presidente francés Emmanuel Macron y Jill Biden, la esposa del presidente de los Estados Unidos ante la destacada ausencia de éste. Otra de las ausencias destacadas es la de Meghan Markle, que se ha quedado en su mansión californiana. Sí que acudirá Enrique, que se reencontrará con su hermano por primera vez desde la publicación de sus controvertidas memorias en las que confesaba que Guillermo le dio un puñetazo en una disputa por Meghan.
En la ceremonia, que está dirigida por el Duque de Norfolk, faltarán muchos miembros de la aristocracia y buena parte de los veinticuatro duques que en total hay en el país (además de los duques reales), el título nobiliario más alto que hay en el país (por encima de marqueses, condes, vizcondes y barones). En la ceremonia de Isabel II asistieron ocho mil invitados. En esta ocasión se han reducido los invitados una cuarta parte. En la víspera de la coronación, habrá una recepción en el palacio de Buckingham.
El rey Carlos III y la reina Camila entrarán juntos en la iglesia y se detendrá ante el trono de San Eduardo (Eduardo el Confesor), también conocido como el trono de la coronación, colocado sobre la piedra del destino, robada a los escoceses por el rey inglés Eduardo I cuando invadió Escocia en 1296 y desde entonces todos los reyes británicos han sido coronados sobre esta piedra. La ceremonia será oficiada por Justin Welby, el Arzobispo de Canterbury, jefe de la Iglesia Anglicana.
El Arzobispo de Canterbury se ha encargado de coronar a todos los reyes ingleses y británicos desde que Edgar el Pacífico fue coronado rey de Inglaterra (el primer rey de todos los reinos anglosajones) en el año 959 en la abadía de Bath, en el oeste de Inglaterra. El arzobispo ofició las ceremonias en nombre del Papa, primero, y en nombre de la Iglesia Anglicana, tras la reforma protestante y la separación de Roma y el catolicismo de 1558 con Enrique VIII.
El arzobispo será el encargado de entregar la silla. La congregación responderá con un ‘¡Dios salve al rey!”. Sonarán trompetas. Carlos III prestará juramento de coronación, antes de confirmar que gobernará el Reino Unido y los países de la Commonwealth con derecho y justicia. Luego será ungido, bendecido y consagrado por el Arzobispo mientras está sentado en el trono de San Eduardo.
Incluirá rituales milenarios como el de la cuchara de la coronación, una cuchara dorada con una vasija o ampolla con una especie de monstruo y que consiste en ungir al monarca en las manos, en el pecho y cabeza con el aceite sagrado contenido en la vasija con la cuchara también dorada. Esta cuchara se ha utilizado en todas las ceremonias de coronación desde la coronación de Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia en 1603. Data del siglo XII y es la parafernalia más antigua utilizada en las coronaciones. Es uno de los pocos objetos que sobrevivieron a la Edad Media y, en especial al siglo XII. También la entrega del cetro y la vara del soberano, que representan el control de la nación, y el orbe del soberano.
Camila, la reina consorte, será coronada reina junto a su esposo de acuerdo con los designios de Isabel II en la víspera de su Jubileo de Platino en febrero de 2022. Al concluir la ceremonia, se iniciará la llamada procesión de la coronación con el carruaje dorado con todos los miembros de la casa real. Recorrerá las calles centrales de Londres y terminará en el Palacio de Buckingham y con el saludo desde el balcón de los monarcas.
Y se iniciarán dos días de fiestas y celebraciones callejeras. El domingo en todos los vecindarios de todas las ciudades y pueblos del país habrá un almuerzo colectivo y por la tarde en Windsor, un concierto con Take That (sin Robbie Williams ni Jason Orange), Katy Perry y Lionel Richie como cabeza de cartel. El lunes ha sido declarado festivo para que los ciudadanos puedan seguir celebrando la coronación.