Guerra de Ucrania: la mediación de China se cruza con la supuesta gran ofensiva de primavera de Kiev

Rusia ha reanudado sus bombardeos a gran escala contra Ucrania. Tras más de 14 meses, los dos países están inmersos en una guerra de desgaste en la que no ha habido, en los últimos tiempos, grandes movimientos en sus posiciones sobre el terreno. ¿Lanzará Ucrania esta primavera su esperada contraofensiva para intentar recuperar los territorios ocupados por las fuerzas de Vladimir Putin? ¿Puede retrasarse esa opción? ¿Se está quedando Kiev sin munición? ¿Influirán en el transcurso del conflicto los gestos de China para impulsar una negociación?

La oleada de ataques lanzada por Moscú el viernes se produjo tan solo dos días después de que el mandatario chino, Xi Jinping, llamase por teléfono al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, por primera vez desde el inicio de la guerra. ¿Cómo han de interpretarse esa sucesión de hechos? El movimiento de China, que predica una "amistad sin límites" con Rusia, era muy esperado tanto por Kiev como por los líderes europeos.

Zelenski calificó esa conversación telefónica de una hora como "larga y significativa" y Xi insistió en que "el diálogo y la negociación" son "la única salida". El mandatario chino anunció el envío a Ucrania, y a otros países, de una representación especial para abordar la situación. Según The New York Times, las palabras "Rusia" y "guerra" no fueron mencionadas en esa conversación. Moscú aseguró que tomaba nota de "la disposición y el esfuerzo de China para impulsar el proceso de negociación".

Tras los bombardeos del viernes, el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, aseguró que ese ataque era la muestra de que Putin no está interesado en un acuerdo de paz. "Los ataques con misiles que matan a ucranianos inocentes mientras dormían, incluido un niño de 2 años, es la respuesta de Rusia a todas las iniciativas de paz", escribió en Twitter. Y añadió: "El camino a la paz es expulsar a Rusia de Ucrania".

¿Gran contraofensiva de Kiev en primavera?

El Ejército ucraniano prepara una gran contraofensiva contra las posiciones rusas en el sur y el este del país. Para ello, Zelenski ha intensificado su petición de armamento pesado a Occidente, que incluye tanques, vehículos de combate de infantería, sistemas de defensa aérea o equipos de limpieza de minas.

La OTAN anunció el jueves que sus aliados han entregado más del 98% de los carros de combate prometidos. Aunque han recibido formación extranjera, los soldados ucranianos aún están aprendido a usar algunos de esos nuevos equipos. Y, pese a ese suministro, Kiev sigue dependiendo de su antiguo arsenal de la era soviética.

Rusia, por su parte, ha pasado meses tratando de reforzar sus posiciones defensiva en el 20% del territorio ucraniano que controla (aproximadamente). La anunciada caída de Bajmut (en el Donbás), donde combaten en una batalla encarnizada los mercenarios del Grupo Wagner, no se ha producido de momento.

Tras el invierno, con la subida de temperaturas y el terreno libre de lodo, ucranianos y rusos se estarían preparado para un verano de intensos combates.

La supuesta contraofensiva ucraniana se apoya en armamento suministrado por Estados Unidos y los países europeos; pero no está claro que ese respaldo sea suficiente para sortear la resistencia rusa y se enfrenta a grandes riesgos. Sin una victoria decisiva, por ejemplo, el apoyo occidental a Ucrania podría debilitarse y Kiev podría someterse a una presión cada vez mayor para que accediese a las conversaciones de paz, informa The New York Times. El tiempo pasa, y el país está exhausto.

¿Cuál es la capacidad real de las tropas de Kiev? Documentos secretos del Pentágono filtrados recientemente (y fechados este febrero) alertaban de que Ucrania corría el riesgo de quedarse sin misiles y municiones "en cuestión de semanas".

En este contexto, China parece tratar de afianzarse como nueva fuerza diplomática global. Ya se anotó un importante tanto el pasado marzo, cuando Irán y Arabia saudí anunciaron un acuerdo -con su mediación- para restablecer relaciones diplomáticas tras siete años de ruptura. El pasado febrero, Pekín presentó un plan de paz de 12 puntos que fue rechazado por Ucrania y Occidente, ya que no planteaba la retirada de las tropas rusas y se sometía, según ellos, a las exigencias de Moscú. ¿Obtendrá su fruto esa disposición de China? ¿O no implicará nada en las estrategias de las dos partes sobre el terreno?

Según el Instituto para el Estudio de la Guerra, la capacidad del Kremlin para sostener el conflicto dependería de manera desproporcionada de si tiene tiempo y espacio para reconstruir sus fuerzas; y su poder a nivel mundial, así como su intentos de amenazas a la OTAN y Estados Unidos, estarían sujetos -también de forma desproporcionada- de sus ganancias y pérdidas en la guerra de Ucrania.