Parece que la historia de Julia Faustyna con las polémicas no llega a su fin. La joven polaca que afirmaba poder ser Madeleine McCann, la niña británica desaparecida en 2007 en Portugal, ahora vuelve a estar en el centro del huracán después de que haya trascendido que las autoridades estadounidenses supuestamente han encontrado en su teléfono móvil "imágenes explícitas de niños" y evidencias que alientan a las menores a unirse a plataformas de contenido sexual.
La denuncia, que presuntamente investiga el Departamento del Sheriff del Condado de Oregón, ha sido presentada por la que era hasta hace poco portavoz de la joven, Fia Johansson, quien llevó a la menor hasta EEUU para realizarse una prueba de ADN que determinara si realmente era Madeleine McCann. Así lo recogen varios medios, como 'The Sun'. La médium, al parecer, fue la encargada de alertar sobre el material del dispositivo a las autoridades locales, quienes le indicaron que trasladarán la información a Alemania y Polonia para que se investigue. Los agentes habrían confiscado el teléfono de Julia Wandelt, como también es conocida, en territorio polaco.
Según el rotativo inglés, la joven ha negado de forma rotunda que en su móvil tenga o haya tenido imágenes de pornografía infantil y que no es una pederasta, sino una víctima de ellos. No obstante, Faustyna también ha apuntado que, en caso de que las hubiera habido, tendrían que haber sido puestas ahí por una tercera persona. Además, le compró el dispositivo a una persona desconocida. La chica habría tenido que declarar ante las autoridades polacas por este asunto, mientras que el Departamento del Sheriff de Oregón solamente ha concretado que deben finalizar la investigación antes de determinar la existencia de indicios criminales.
El caso de Julia Faustyna ha sido muy popular durante los últimos meses. La joven saltó a la fama a nivel internacional después de insinuar que podía ser Madeleine McCann, la niña británica desaparecida en Portugal en 2007. Todo por el parecido notable que mantiene con ella, incluyendo marcas corporales y otros detalles. Sin embargo, su familia siempre descartó su versión y alegó problemas psicológicos. Así, tras someterse recientemente a una prueba de ADN, se determinó que la chica es 100% polaca, con descendencia rusa y lituana. Por ello, se descartó por completo que fuese la pequeña inglesa. Ella, tras lo vivido, decidió apartarse de los focos. Sigue diciendo que en su infancia ocurrió algo turbio. Quién sabe si este es el último capítulo.