Emmanuel Macron entiende el "enfado" de los franceses, pero defiende la reforma de las pensiones porque era "necesaria"
Las protestas y dos mociones de censura contra el Gobierno de Macron han acompañado la imposición por decreto sin consenso de los diferentes grupos políticos
El discurso de Macron defendiendo su imposición de la reforma de las pensiones estuvo acompañado de cientos de caceroladas por toda Francia
Mathilde Caillard, la ‘tecnoactivista’ que protesta bailando contra la reforma de las pensiones en Francia
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha vuelto a defender que la reforma que aumenta la edad de jubilación “era necesaria” para evitar la acumulación de los déficit y propuso un nuevo “pacto social” para mejorar las condiciones de los trabajadores. El intento del líder del gobierno por calmar los ánimos, que ha provocado graves disturbios, fue acompañado por caceroladas en todo el país coincidiendo con su mensaje televisivo.
El jefe del ejecutivo , que ha sobrevivido por los pelos a dos mociones de censura en los últimos meses, insistió en que los cambios impuestos por su Gobierno eran la única respuesta posible ante el aumento progresivo del número de jubilados y de la esperanza de vida.
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Además propuso un "pacto social" para aliviar el alza de los precios y mejorar las condiciones de los trabajadores, aunque sin dar detalles de su propuesta.
Macron entiende el "enfado" de los franceses
“¿Esta ley ha sido aceptada? Obviamente no -reconoció-. Pese a los meses de consultas no se pudo encontrar un consenso y lo lamento”. Macron admitió igualmente que hay “enfado” en un contexto de empleos que no permiten hacer frente a los crecientes costes de vida. “Algunos tienen la impresión de poner su parte y no ser recompensado”, expresó.
Esa “demanda de justicia social y de renovación de la vida democrática” hay que escucharla, dijo, y señaló que “la respuesta no puede estar en el inmovilismo ni en el extremismo”.
Por ello propuso el nuevo “pacto social” junto con empresarios y sindicatos, para discutir “sin límites ni tabús” una serie de “temas esenciales” entre los que mencionó los salarios, la mejora de las condiciones de trabajo y la distribución de la riqueza.
“La puerta siempre estará abierta”, señaló el jefe de Estado, pese a que en los últimos tres meses el Elíseo rehusó mantener la reunión que le habían solicitado los sindicatos, que rechazaban de manera frontal el retraso de la edad mínima de jubilación y el enroque del Gobierno respecto a esta medida, eje central de la reforma.
Macron en su primer mensaje al país, un discurso de apenas 13 minutos desde el comienzo de la crisis por la reforma de pensiones en enero, Macron hizo también un alegato en favor de la conquista de una “independencia” francesa, que garantice el futuro del país al margen de fuerzas externas.
Esos objetivos solo se conseguirán, dijo, a través del trabajo y la reindustrialización, que permitirá también crear empleos mejor pagados. Buscando dejar atrás la crisis de las pensiones, el presidente anunció grandes área de trabajo para su Gobierno, empezando con una batería de acciones de planificación ecológica antes del verano para hacer frente a los desafíos climáticos.
Las caceroladas por toda Francia al unísono del discurso de Macron
Macron mencionó también la necesidad de trabajar en materia de justicia y de democracia, con medidas para mejorar los tribunales, para luchar contra la delincuencia y la inmigración ilegal. Igualmente señaló que hay que paliar la creciente desvinculación social de la política e instituciones a través de la eficacia y la participación ciudadana.
También prometió iniciativas para asegurar que todo el mundo “tenga la certeza de que nuestros hijos vivirán mejor”, con énfasis en materias como la sanidad y la educación. En paralelo a la intervención de Macron, había cientos de caceroladas convocadas por toda Francia en protesta contra la reforma de las pensiones.
Las primeras reacciones de los sindicatos tampoco se hicieron esperar y, en declaraciones al canal televisivo BFM, el líder sindical Laurent Berger, de la mayoritaria CFDT, aseveró que lo que lamente ahora Macron no “va a cambiar nada”.
"Aquí cortamos las cabezas de los reyes”, rezaba hoy uno de los carteles de la caceroladas populares convocada en el distrito XX de París, donde se reunieron centenares de manifestantes mientras el presidente francés, Emmanuel Macron, justificaba en televisión su impopular reforma de las pensiones.
“Nadie aquí ha escuchado el discurso (televisado) de Macron, porque Macron no escucha al pueblo, nosotros tampoco escuchamos su discurso. No tengo ni idea de lo que está diciendo ahora”, declaró a EFE la diputada izquierdista Danielle Simonnet, en medio de un ensordecedor ruido de cacerolas.
Como Simmonet, escogida diputada de la Asamblea Nacional en 2022 por la Francia Insumisa como representante de la circunscripción del distrito XX, centenares de vecinos de este barrio de izquierdas ignoraron lo que tenía que decirles su presidente y ocuparon los aledaños de la junta municipal situado en la plaza Gambetta.
Las mismas imágenes se vieron en otros puntos de París y de Francia, donde había algo más de 250 “conciertos de cacerolas” simultáneos convocados frente a los ayuntamientos por la asociación Attac.