Debate nacional abierto en Italia después de la trágica muerte del atleta Andrea Papi, un corredor de montaña de 26 años que ha fallecido después de ser atacado por una osa en un bosque de la zona del Macizo de Brenta, en los Alpes sudorientales, en la provincia de Trento. Ahora, las autoridades han ordenado abatir al animal en medio de la oposición de animalistas y científicos, que piden actuar con prudencia.
El cuerpo de Andrea Papi fue localizado la semana pasada, justo un día después de que su familia denunciase su desaparición: tenía heridas muy profundas en el cuello, la cabeza y el estómago, y la policía no dudó entonces en señalar que había sido atacado “por un animal muy grande” que debió sorprenderle mientras entrenaba.
Posteriormente, la autopsia confirmó que el joven atleta fue atacado por una osa de 17 años que, precisamente, ya había protagonizado otros episodios similares anteriormente, habiendo atacado a un padre y su hijo en 2020.
"Sabíamos lo que había pasado hace ya tiempo, pero no se han impulsado intervenciones para garantizar la seguridad de la población", señalaba la madre de Andrea Papi en una carta publicada por los medios tras conocerse su muerte. La progenitora se enteró mientras le esperaba para cenar después de que hubiese salido a correr.
Tras la trágica noticia, el ministro de Medio Ambiente, Gilberto Pichetto, señalaba ayer que está buscando soluciones para gestionar la presencia de los osos en las áreas próximas a zonas urbanas y que podrían pasar por sacrificar a los ejemplares más agresivos.
En esa línea, las autoridades provinciales de Trento aseguraban que se sacrificará a la osa y a otros tres ejemplares considerados “problemáticos” por otro historial de agresiones que, afortunadamente, no dejaron víctimas mortales.
Frente a ello, y ante esa decisión, las organizaciones animalistas instan a no caer en el alarmismo y subrayan que la presencia de los osos es importantes para el equilibro de su hábitat.
La osa que mató al joven, llamada JJ4, tal como recoge EFE, es descendiente de Joze, un ejemplar que fue capturado en Eslovenia y liberado en el Parque Natural Adamello Brenta como parte de un proyecto que trató de repoblar con osos los Alpes italianos, hace 25 años.
"Hay más de 120 osos en Trentino, pero descienden de sólo dos machos, Joze y Gasper. El empobrecimiento genético amenaza a toda la población", ha dicho en declaraciones a La Repubblica el zoólogo Andrea Mustoni, uno de los líderes del proyecto.
A este respecto, el especialista apunta que aunque la mayoría de osos no atacan ni son carnívoros, hay ejemplares "problemáticos y demasiado confiados" que deberían haber sido sacrificados "desde el principio" y sustituidos por otros de Eslovenia.
Otros, no obstante, rechazan tajantemente el sacrificio, clamando por el respeto al hábitat de los osos.