El oso polar que mató a una mujer y su bebé a mediados de enero en Wales, una pequeña localidad ubicada al oeste de Alaska (EEUU), era un animal "mayor" y estaba en "malas condiciones físicas". Así lo han determinado los expertos que tratan este trágico suceso. No obstante, también apuntan que las pruebas practicadas dieron negativo para patógenos que afectan el cerebro y causan un comportamiento agresivo.
Fue el primer ataque mortal de un oso polar en Alaska en tres décadas. "No hay una explicación definitiva de por qué el oso estaba en malas condiciones corporales", han señalado desde el Departamento de Pesca y Caza de Alaska y el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EEUU en un comunicado. Los investigadores desconocen si esta condición fue un factor importante en el suceso, recoge 'ABC News'.
Kimberlee Beckmen, veterinaria encargada del caso, recolectó y examinó muestras del cráneo del animal un día después del ataque, el 18 de enero, cuando las condiciones climáticas permitieron que ella y un policía estatal de Alaska volaran al pueblo de Wales. Los resultados indican que el oso polar era un "macho adulto, probablemente mayor y con mala salud física". Pero las pruebas de tejidos descartaron enfermedades como rabia, toxoplasmosis, moquillo e influenza aviar.
Para determinar la edad del oso se envió un diente a un laboratorio, pero los resultados no se conocerán hasta dentro de varios meses. Summer Myomic y Clyde Ongtowasruk, su hijo de un año, fueron mutilados hasta la muerte por el animal el 17 de enero, cuando la madre acababa de recoger del colegio al pequeño y se dirigían a una clínica médica de la ciudad. Algunos trabajadores del centro educativo intentaron salvarles, pero finalmente no pudieron hacer nada. Eso sí, evitaron que entrara y atacara a más personas. Un vecino llegó a los pocos minutos y abatió al animal con un arma.
Los osos polares son la especie de oso más grande, según el Servicio de Pesca y Vida Silvestre. Los machos suelen pesar de 270 a 540 kilogramos, pero pueden pesar más de 770 kilogramos y alcanzar hasta tres metros de largo. Las hembras pesan de 180 a 320 kilogramos. Los osos polares generalmente se alimentan de focas, pero también de morsas y ballenas beluga.
Fueron catalogados como amenazados bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción de EEUU en 2008 y también están protegidos bajo la Ley de Protección de Mamíferos Marinos. Ambas leyes prohíben dañar a los osos sin autorización a menos que sea necesario para la seguridad humana. Gales, un pueblo ballenero de unas 160 personas, se encuentra a unos 1.300 kilómetros (640 millas) al noroeste de Anchorage y se puede acceder a él por avión o barco.