Australia se suma a la desconfianza sobre Tik Tok. El Gobierno de Australia ha prohibido la instalación de la aplicación china en teléfonos y otros dispositivos vinculados a la administración pública, siguiendo los pasos de Estados Unidos y la Comisión Europea.
El fiscal general de Australia, Mark Dreyfus, ha explicado que la prohibición entrará en vigor "tan pronto como sea posible" y las excepciones se otorgarán caso por caso, según ha recogido la cadena australiana ABC.
"Después de recibir consejos de las agencias de inteligencia y seguridad, hoy he autorizado al secretario del Departamento del Fiscal General a emitir una orden obligatoria bajo el Marco de Política de Seguridad Protectora", ha declarado.
Australia se ha convertido así en el último país de la alianza de inteligencia 'Cinco Ojos' (FVEY, por su abreviatura en inglés) --integrada también por Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos-- en bloquear la aplicación en los dispositivos gubernamentales.
El temor ha aumentado en Occidente en relación al posible uso de TikTok --propiedad de la empresa china ByteDance-- como caballo de Troya para promover propaganda a favor de China o recopilar datos de usuarios, pero Pekín ha denunciado que tras esta cascada de vetos se esconde una intencionalidad política sin ningún tipo de justificación tecnológica real.
En diciembre, la red social realizó un cambio en su política de privacidad, que les dio a los empleados chinos acceso a los datos de los usuarios europeos, si bien no está claro a qué datos exactamente tienen acceso estos empleados y qué empleados están involucrados.
Los expertos tecnológicos consideran acertadas estas precauciones por parte de las agencias de seguridad y la achacan a la coyuntura política con tensiones muy fuertes entre occidente y China, también con Rusia.
No porque sean aplicaciones inseguras o no. Más bien, porque todas estas aportan datos importantes de sus usuarios, como por ejemplo la geolocalización, que pueden ser usadas en caso de conflicto militar.
Así lo explica el profesor de Juan Gualberto Gutiérrez, de la Universidad de Jaén: ¿Y si estamos en guerra? Si mi gobierno -en este caso el chino- obliga a mi empresa a usar su inteligencia para localizar a personas o incluso espiarlas por los micrófonos y cámaras de los dispositivos, ¿debería obedecer?".
"Son tiempos complicados", afirma este profesor de Informática, quien ve "totalmente lógica" la decisión, una acción que califica de preventiva: "es más lo que pueda pasar con la aplicación que esta sea insegura o no".