Susto en el estado de Montana, Estados Unidos, por un nuevo descarrilamiento de un tren. Concretamente, 25 vagones han descarrilado y han quedado esparcidos como fichas de dominó sobre la ladera de una montaña, cayendo varios de ellos sobre el río Clark Fork.
En el suceso, varios de estos vagones han derramado líquido sobre el asfalto; una sustancia que, según las autoridades locales, no representaría una amenaza.
La empresa que opera las vías ya está investigando las causas de este nuevo accidente de tren en Estados Unidos, donde todavía persiste la polémica tras el descarrilamiento tóxico de otro convoy en Ohio.
El descarrilamiento de ese tren desató las alarmas por contaminación medioambiental. El Departamento de Justicia de EEUU, de hecho, ha presentado una demanda contra la operadora ferroviaria Norfolk Southern en relación al suceso, ocurrido el 3 de febrero y que involucró a de uno de sus trenes.
La demanda ha sido presentada en nombre de la Agencia de Protección Medioambiental de EEUU (la EPA, por sus siglas en inglés) por una presunta violación de la Ley de Agua Potable y para responsabilizar judicialmente a la compañía de "contaminar ilegalmente el cauce de los ríos del país y garantizar que paga el coste completo de las tareas de limpieza".
Entonces, fueron un total de 38 vagones, incluidos 11 que transportaban materiales peligrosos, los que acabaron saliéndose de la vía provocando la contaminación de un río cercano.