Emmanuel Macron impuso la reforma de las pensiones por decreto, a pesar del rechazo general abriendo la caja de Pandora de los truenos en Francia. Su comportamiento se ha visto rebatido en las calles con las masivas protestas, esta última como un campo de batallas en la que hubo adoquines contra los antidisturbios y gases lacrimógenos contra los manifestantes. La jornada de huelga de este jueves la manifestación terminó con más de 450 detenidos.
La movilización general de cientos de miles de trabajadores franceses de este jueves en Francia ha terminado por la violencia en las calles de París y de otras ciudades. En la protesta convocada contra la reforma de las pensiones de Macron, algunos manifestantes han destrozado mobiliario urbano y escaparates, mientras las fuerzas del orden no escatimaban en emplearse a fondo.
Los manifestantes quemaron las montañas de desperdicios acumuladas en las calles de París por la huelga de los recogedores de basura. El ministro de Interior ha señalado que la policía está analizando las imágenes de las cámaras de vídeovigilancia para identificar a los manifestantes violentos para llevarlos ante los tribunales.
Más de 440 policías y gendarmes han resultado heridos y más de 450 personas han sido detenidas, según ha informado el Ministerio del Interior. Según los sindicatos, unos 3 millones de personas han salido a la calle, según el Gobierno francés un millón de personas participaron en la protesta.
La gran mayoría contra la reforma del sistema de pensiones del país. Una reforma muy controvertida que eleva la edad de jubilación de los 62 a los 64 años, algo que la gran parte de Francia no quiere que ocurra.
Miles de manifestantes han expresado su enfado y su preocupación por cómo lo había hecho el Gobierno de Emmanuel Macron. Eludió al Congreso para introducir la reforma, algo que mucha gente aquí dice que es antidemocrático.