Julia Faustyna, la joven polaca de 21 años que ha vuelto a poner el caso de Madeleine McCann en boca de todo el mundo, se encuentra en California (Estados Unidos) junto a su portavoz, la detective y psíquica Fia Johansson, quien coordina sus declaraciones desde que Instagram decidió eliminar la cuenta en la que la chica decía ser la niña inglesa desaparecida en Portugal en 2007.
La joven, que reside en Alemania, se encontró con su portavoz en Polonia, donde supuestamente estuvieron conversando con las autoridades locales, según apuntó en redes sociales Fia Johansson, conocida también como Persian Medium. Allí hablaron con los agentes sobre las pruebas de ADN a realizar por su parte. Sin embargo, hace unos días, Julia Faustyna señaló que igual "no era Madeleine", pero que era una niña secuestrada y que no iba a parar hasta descubrir sus verdaderos orígenes. La psíquica que la representa afirma que han recibido amenazas de muerte y que por eso han viajado a Norteamérica, mientras avanza la investigación.
Julia Faustyna ha disfrutado del Paseo de la fama de Hollywood, en Los Ángeles:
Julia Faustyna ha presentado muestras de ADN que podrían probar si ella es realmente Madeleine McCann, así como otras pruebas genéticas para realizar un análisis forense que esclarezca sus orígenes. Y es que baraja la posibilidad de que ella pudiera ser otra menor secuestrada, Livia Schepp, cuyo rastro se perdió en Suiza en 2011, recogen medios como 'The Sun'. Desde que creó la cuenta de Instagram (@iammadeleinemccann), que la plataforma borró por la controversia del caso, la joven ha afirmado tener un pasado oscuro. Uno de los últimos detalles en conocerse es que no existen registros médicos suyos durante sus cinco primeros años de vida, un descubrimiento que respalda la teoría de que Julia fuera raptada siendo una niña.
La joven polaca dijo que podía ser la niña inglesa desaparecida porque guarda rasgos físicos comunes, porque sus recuerdos de infancia son difusos y porque, aseguró, sufrió violencia sexual por parte de un hombre que tiene el mismo apellido que uno de los sospechosos en la desaparición de la menor británica, entre otros puntos de los que destacó. Su familia no le habría apoyado, no le habría hablado de su pasado y contradicen toda su versión. Además, no aceptan someterse a una prueba de ADN.
Sus padres, debido a la relevancia del caso, salieron a defenderse y destacaron que Julia es una persona que ''necesita ayuda'' y que sabe perfectamente que no es Madeleine, pero que ''haría cualquier cosa por conseguir fama y popularidad''. La joven ha reiterado que solo quiere revelar su verdadera identidad: el mes pasado dijo que Kate y Gerry habían aceptado una prueba de ADN, pero todavía no se han pronunciado. Algunos expertos han afirmado que, aunque no sea la niña británica desaparecida, Julia podría haber sido igualmente víctima de tráfico de personas. Pero otros cuestionan todo su relato y afirman que solo busca lucrarse. Las autoridades polacas mantendrían su posición de no creer nada, pero la investigación sigue abierta. Ella espera novedades desde EEUU.