Día de la Mujer: cuando festejar el 8-M puede costar la vida

Hay países en los que reivindicar el Día de la Mujer es sinónimo de jugarse la vida como Afanistán, Irán, Pakistán, y otros, donde ser mujer y aspirar a algo más que limpiar y cocinar es peligroso. Las mujeres afganas llevan meses desafiando la tiranía de los talibanes y hoy 8 de marzo lo más seguro es que se queden en casa.

Este 8-M mujeres de todas las edades y nacionalidades han salido a las calles de muchas ciudades del mundo para exigir igualdad y el fin a la discriminación. Trabajadoras filipinas y en Corea del Sur han reclamado poner fin a la brecha salarial, algo que no podrán hacer las mujeres afganas o iraníes.

A pesar de ser el día internacional de la mujer no todas pueden celebrarlo, porque en países como Irán, Afganistán, Israel o Irak pueden recibir el desprecio o en el peor de los casos, la cárcel.

Las mujeres afganas, invisibilizadas por el régimen talibán

En Afganistán el simple hecho de estas valientes mujeres manifestándose ya supone todo un desafío al regímen talibán que las quiere invisibles. Desde su llegada hace más de año medio, los talibanes ido despojando a la afganas de los derechos más basicos, como la educación... Las vimos llorar el pasado diciembre, cuando las expulsaban de las facultades universitarias.

Año y medio, el régimen había cerrado las escuelas de secundaria para la niñas a las que solo les quedaba aprender las faenas de casas y ser obedientes ante los hombres.

Las mujeres formadas atemorizan a los régimenes autoritarios, algo que también ocurre en Irán, donde se han multiplicado los ataques con gases venenosos contra las escuelas y así alejar a las menores de los centros educativos.

Cerca de un millar de niñas iraníes han sufrido intoxicaciones por estos ataques perpetrados por radicales que las relacionan con las protestas por la muerte de Masha Amini, mundialmente famosa por inspirar la ultima revolución de las mujeres en Iran...Fueron las revueltas contra el velo que el régimen aplastó causando medio millar de muertos y que sigue señalando a las mujeres y a su cabello como el gran enemigo de los Ayatolás.