El gobernador de Florida, Ron DeSantis ha puesto fin al estatus de autogobierno que la corporación de Walt Disney ha tenido de forma exclusiva durante más de 55 años y que afecta a 43 millas cuadradas (112 kilómetros cuadrados) en el centro de Florida, un área casi tan grande como Miami. “Hoy el reino corporativo finalmente llega a su fin”, declaró DeSantis en la ceremonia de la firma. “Hay un nuevo sheriff a cargo y la rendición de cuentas estará a la orden del día”, sentenció el líder republicano.
A partir de ahora, la empresa privada más grande de Florida tendrá que vivir bajo las mismas leyes que Universal Studios, Sea World y cualquier otra compañía del estado del Sol.
Teniendo en cuenta los enfrentamientos que DeSantis ha mantenido con la directiva de Disney en el último año, muchos consideran que la firma de esta Ley es un castigo a la compañía en represalia a la oposición a su llamada ley "Don´t Say Gay” (“No Digas Gay"), una ley aprobada en 2022 que limita lo que los profesores pueden decir sus alumnos en los colegios sobre el género y la sexualidad en las clases desde jardín de infancia hasta el tercer grado de la escuela primaria, es decir con niños desde los tres años y hasta los 8 y 9 años.
La legislación, integrada en la Ley de Derechos de los Padres en la Educación, promovida por los conservadores y despreciada por los activistas LGBTI provocó un encendido debate en todo el país. El director ejecutivo de Disney, Robert Iger no se quedó atrás y alzó la voz al respecto, dejando varios comentarios en los que evidenciaba su oposición al proyecto de ley. “Si se aprueba, este proyecto de ley, pondrá en peligro a las personas jóvenes LGBTI vulnerables”, escribió en Twitter el responsable del complejo turístico de entretenimiento.
Más allá de las palabras, la poderosa empresa de entretenimiento también anunció que suspendería las donaciones a candidatos políticos en el estado. Días antes, la campaña de reelección DeSantis de 2022 había aceptado tres contribuciones de Disney por un total de 100.000 dólares (94.000 euros), además de una donación de 6.809 dólares (unos 6.400 euros) para "comida y bebida", probablemente para algún otro evento de campaña. Disney donó a la campaña del gobernador republicano 50.000 dólares (47. 000 euros) en 2019 y otros 50.000 dólares en 2021, según los informes oficiales del estado.
La respuesta de Disney no contentó a los legisladores republicanos del estado. “Si Disney quiere pelear, eligieron al tipo equivocado”, escribió DeSantis en un correo electrónico de recaudación de fondos para sus seguidores. De hecho, Disney llegó a pedir que no se donase a los republicanos en la campaña.
Después de las elecciones que DeSantis ganó por mayoría absoluta en ambas cámaras, y en las que prometió hacer frente a la campaña de Disney, comenzaron los problemas para la compañía, que ya había observado una caída en sus ingresos y mucha contestación social por películas a las que acusaban de extender los valores woke entre los más jóvenes. El debate sobre qué se podía enseñar explícitamente a los niños en los colegios y el derecho de los padres a decidir el límite de los contenidos se extendió por Estados Unidos. El primer gobernador que ganó bajo la bandera de la libertad de los padres a elegir fue el de Virginia. Tras las elecciones, DeSantis comenzó un nuevo proceso de reestructuración ordenando a los miembros de la legislatura, dominada por republicanos la disolución del distrito autónomo de Disney en una sesión legislativa especial el año pasado.
Con esta acción, el gobernador intentó revocar el estatus fiscal especial de Disney World, que comenzó en 1967 cerca de Orlando, cuando los líderes de la compañía dijeron al estado que construirían una ciudad futurista: la Comunidad Prototipo Experimental del Mañana, conocida como Epcot. La ciudad propuesta incluiría un sistema de circulación rápida e innovaciones de planificación urbana, por lo que Disney necesitaba autonomía en el distrito para construir y decidir cómo manejar el terreno. La ciudad futurista nunca se materializó como tal, pero Epcot se transformó en un segundo parque temático que se inauguró en 1982.
Aunque el complejo se encuentra entre dos condados, durante más de medio siglo ha funcionado como una zona especial (conocida como el Distrito de Mejoramiento de Reedy Crrek), dando facultades al megaresort para que Disney tome sus propias decisiones sobre el proceso de planificación y permisos para la construcción en su propiedad, recaudar impuestos para pagar sus propios servicios de respuesta médica y contra incendios e incluso generar parte de su propia electricidad. Dentro de ese "mini estado" dentro del estado de Florida se incluía una regulación propia sobre el ruido que impedía que los aviones sobrevolaran su territorio para no importunar a los turistas. A través de ese estado, la empresa ha ahorrado millones de dólares al año en tarifas e impuestos, según los expertos.
Hasta ahora, los miembros de la junta se han nombrado a través de entidades controladas por Disney con la labor de supervisar los servicios gubernamentales que el distrito ha estado brindando en las propiedades de la compañía en Florida. Con la nueva ley firmada por DeSantis, el gobernador podrá reemplazar la junta existente, con un cuerpo de cinco miembros que él elegirá personalmente. La nueva junta está programada para reunirse la próxima semana.
“Abróchense los cinturones de seguridad”, ha advertido Ron DeSantis a Disney tras arrebatarle su autogobierno, apoyado por los críticos republicanos del distrito que argumentan que Disney se ha visto favorecida por una gran ventaja comercial que no estaba al alcance del resto de las compañías. “Cada vez que una corporación puede autogobernarse como lo ha hecho en los últimos 55 años, es una ventaja sobre cualquiera de sus competidores”, dijo el representante Fred Hawkins, un republicano que patrocinó el proyecto de ley.
Disney, que tiene en su plantilla a 80.000 trabajadores, ha sabido aprovechar los beneficios de esa designación. El complejo consta de cuatro parques temáticos, dos parques acuáticos, 31 complejos hoteleros temáticos, nueve hoteles que no son de Disney, varios campos de golf, un complejo para acampar y otros lugares de entretenimiento, incluido el centro comercial al aire libre y una gran flota de autobuses.
La Legislatura permitió que DeSantis quitara el estatus especial de Disney en 2022 hasta que se dio cuenta de que la abolición del distrito, fijada para el 1 de junio de 2023, requeriría que los contribuyentes de los condados de Orange y Osceola pagaran la cuenta de los servicios de Disney World como el incendio. protección, vigilancia y mantenimiento de carreteras. El distrito también tenía una deuda de aproximadamente mil millones de dólares. Si se hubiera abolido el distrito, esa deuda se habría transferido a los condados.
Es casi seguro que la legislación se apruebe en la cámara estatal, donde una gran mayoría republicana está ansiosa por llevar a cabo la agenda del gobernador. Los demócratas han criticado ampliamente la legislación como una toma de poder de represalia por parte del gobernador, pero no pueden hacer mucho más que retrasar su aprobación.
“Este proyecto de ley envía un mensaje del gobernador a las empresas de nuestro estado: si disienten, serán castigadas”, dijo la representante demócrata Rita Harris. “Y esto es escalofriante. No es solo escalofriante para mí, es escalofriante para la libertad de expresión”, ha manifestado haciendo referencia a la ley “No Digas Gay”.
DeSantis es visto como uno de los principales candidatos a la nominación republicana de 2024, rivalizado solo por el expresidente Donald Trump. El líder político fue reelegido gobernador con una victoria contundente en noviembre, y aunque no se ha pronunciado públicamente sobre sus ambiciones presidenciales, las encuestas en este sentido también son muy favorables para él.
La firma de la ley que arrebata el autogobierno a Disney es un triunfo legislativo de alto perfil para un gobernador cuyas luchas por temas culturales y políticos, lo han convertido en un prominente dirigente entre los políticos republicanos. Su libro "The Courage to be Free" (“La valentía de ser libre”), que ha llegado a las librerías este martes con enorme acogida, le permitirá elevar su perfil público y reunir fondos mediante eventos de recaudación y encuentros con donantes, funcionarios electos y personalidades de la derecha.
Tras la votación para quitar el control de la junta a Disney, Jeff Vahle, presidente de Walt Disney World Resort, ha dicho en un comunicado que Disney está “lista para trabajar dentro del nuevo marco”. “Seguiremos innovando, inspirando y brindando alegría a los millones de visitantes que vienen a Florida a visitar Walt Disney World cada año”, dijo el Vahle.