Es es peor accidente ferroviario en Europa desde el de Angrois. Ha sido en Grecia por el choque de un tren de mercancías y otro de pasajeros. Una tragedia que deja al menos 40 muertos y más de cien heridos. Los primeros vagones del convoy quedaron completamente calcinados tras alcanzarse temperaturas de 1.500 grados.
Ese vagón descarrilado era el tercero del tren de pasajeros y de su interior han sacado 40 cadáveres por ahora. El primero y segundo vagón apenas se ven desde el aire porque ardieron tras el choque y solo quedan restos calcinados. Eran el vagón de primera clase y el del restaurante con un incierto número de ocupantes, aunque la lista de desaparecidos augura un balance dramático.
El choque frontal entre ese tren de mercancías destino Atenas y el tren con 352 pasajeros que partió de la capital griega hacia Tesalónica ocurrió de noche. Según testigos a gran velocidad (hasta 160 kilómetros por horas).
La investigación apunta a un error humano y a unos semáforos que no funcionaron. El jefe de la estación más cercana al lugar del accidente presta declaración en una jornada de luto en toda Grecia, la primera de tres, con un gobierno que promete transparencia mientras nadie tiene la respuesta a cómo fue posible que dos trenes en sentido opuesto circularan por la misma vía.
La tragedia ferroviaria en Grecia se ha cobrado ya una víctima política: ha dimitido el ministro de Transportes, Kyriakos Mitsotakis, según informa la agencia Reuters. Además, el jefe de la estación ferroviaria de Larisa, en el norte de Grecia, ha quedado formalmente detenido mientras se determina su posible responsabilidad en el choque frontal de dos trenes que ha dejado un balance provisional de al menos 40 fallecidos. Tras el siniestro, las autoridades habían procedido a interrogar a algunos de los funcionarios implicados en el tráfico de trenes, en un intento por esclarecer los motivos por los que impactaron de manera frontal los dos trenes, que circularon durante un tiempo por la misma vía, informa la cadena ERT.
Uno de los dos convoyes ha sido identificado como un tren de mercancías, mientras que el otro, de pasajeros, circulaba con unas 350 personas a bordo. Las autoridades han atendido por heridas a unas 130 personas, de las cuales al menos 66 han sido trasladadas a diversos hospitales de la zona, y han localizado a varias víctimas carbonizadas.
El alcalde de Tempe, Giorgos Manoli, ha asegurado que en los tres primeros vagones han alcanzado temperaturas de 1.200 a 1.500 grados centígrados.
El primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, se ha desplazado hasta el lugar del siniestro y ha prometido que, al margen de la atención a las víctimas y la identificación de los cuerpos, las autoridades harán todo lo posible para descubrir las causas. También "para impedir que algo así ocurra de nuevo", ha dicho ante los periodistas, según el periódico 'Kathimerini'. El Gobierno griego ha declarado tres días de luto a nivel nacional, hasta el viernes, por el siniestro. Los actos públicos han quedado suspendidos y los principales dirigentes, incluida la presidenta Katerina Sakellaropoulou, han cancelado su agenda oficial.