Indo-Pacífico: máxima tensión entre China, Taiwán, las Coreas, Japón y Estados Unidos
Las sensibilidades entre Estados Unidos y China están a flor de piel en un momento geopolítico delicado
A la amenaza nuclear de Corea del Norte se une una red de alianzas e intereses opuestos en un Indo-Pacífico al rojo vivo
La región experimenta enfrentamientos entre países aliados de EE.UU. y China, siempre con Taiwán como telón de fondo
El Indo-Pacífico está hirviendo cuando se acaba de cumplir un año de la invasión de Ucrania. La guerra iniciada por Rusia salpica a otras naciones y agita un panorama geopolítico donde las sensibilidades están a flor de piel entre las dos superpotencias mundiales, China y Estados Unidos. Mientras ambos refuerzan sus alianzas en la zona, la escalada dialéctica y potencialmente prebélica sube de presión a diario. La válvula de la tensión global se centra en la región donde se está cocinando el devenir del planeta y donde sus países tienen mucho que decir: China, Corea del Norte, Corea del Sur, Japón, Filipinas, India, Australia, Indonesia, las naciones del Sudeste asiático o incluso las islas del Pacífico forman un batiburrillo de intereses donde también tienen cabida EE.UU. y Rusia.
En 2022 se batieron dos récords inquietantes. Pekín envió casi el doble de cazas a la zona de identificación aérea (ADIZ) de Taiwán (1.727 aviones con respecto a los 960 de 2021) y casi cinco veces más que en 2020; también usó drones por primera vez. Estas incursiones, especialmente las llevadas a cabo en respuesta a la visita a Taipéi de la exportavoz de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, fueron las más intensas en décadas. La otra marca la tiene Corea del Norte, que el año pasado lanzó alrededor de 95 misiles balísticos y de crucero (otras fuentes hablan de unos 70). En 2021 no superó las ocho pruebas y en 2020 disparó cuatro. Nunca antes había disparado tantos como en 2022.
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Polos opuestos
Ante este panorama en el que con un chasquido la disuasión a base de músculo militar -y nuclear- se puede confundir con ataque, muchos analistas claman sensatez, comprensión entre las partes y piden darle prioridad al espíritu de colaboración por encima del conflicto. Cuando parecía que Washington y Pekín iban a limar asperezas este mes con la reunión en China del secretario de Estado, Anthony Blinken, con el máximo diplomático y director de la Oficina Central de Exteriores, Wang Yi, estalló la crisis de los globos espía y ésta se canceló.
Se le ha dado la vuelta a la tortilla y del ansiado idilio o siwei -término en mandarín que significa una manera distinta de pensar- marcado por el respeto, se ha pasado a las chispas. Éstas saltaron durante la reunión entre ambos diplomáticos llevada a cabo al margen de la Conferencia de Seguridad de Múnich, y ahora EE.UU. ha expresado que tiene indicios de que el gigante asiático está enviando armas a Rusia. La escalada dialéctica marca la pauta con cruces de acusaciones donde Pekín niega estar proporcionando armamento a Moscú mientras señala a EE.UU. por estar haciendo precisamente lo mismo; esto se une a la batalla por los globos en los que las autoridades chinas afirman que sus homólogos estadounidenses están exagerando en un contexto en el que todos los países se espían mutuamente.
Ejercicios militares y músculo nuclear
Mientras se produce una batalla de polémicas destinada a las masas, también se están sucediendo ejercicios militares en los que ambas partes están coordinando fuerzas con sus aliados. EE.UU. y Corea del Sur tenían previstas unas maniobras nucleares para esta semana en el Pentágono y otros simulacros en la península de Corea. Ante estas pruebas, Corea del Norte amenazó con llevar a cabo “una respuesta sin precedentes” y menos de 24 horas después de su comunicado ya lanzó un misil balístico intercontinental (ICBM), el Hwasong-15, al mar de Japón. Al día siguiente, Washington y Seúl volaron bombarderos supersónicos y otros aviones de combate en la península y poco después los norcoreanos lanzaron otros dos misiles de corto alcance al mar de Japón. En medio de este tira y afloja, la hermana del dictador, Kim Yo-jong, avisó:
“(EE.UU. y Corea del Sur están) mostrando abiertamente su peligrosa codicia e intento de hacerse con el dominio militar y la posición predominante en la península coreana. Advierto que vigilaremos cada movimiento del enemigo y tomaremos las correspondientes y muy poderosas y abrumadoras contramedidas contra cada uno de sus movimientos hostiles hacia nosotros”, afirmó.
Lejos de echar el freno a las maniobras militares conjuntas, Washington y Seúl tienen previstos otros simulacros que se llevarán a cabo durante las próximas semanas. Estos ejercicios son habituales, también en el mar de China Meridional, junto a Japón, Australia e India en el marco del QUAD o junto a Reino Unido como parte del AUKUS. No son los únicos, ya que actualmente, Rusia, China y Sudáfrica están haciendo lo propio en el Océano Índico, donde fragatas de estos países participan en maniobras conjuntas con misiles supersónicos, Zircon, que tienen las letras ‘Z’ y ‘V’ pintadas en blanco. Johannesburgo es aliado de Moscú desde la Guerra Fría debido, principalmente, a su asistencia a los movimientos que se alzaron en armas contra el apartheid.
Disputas en el mar de China Meridional
Pekín tiene intereses muy marcados en el mar de China Meridional, donde reclama como suyo el espacio de 100 kilómetros al sur y al este de su provincia más sureña, Hainan, es la llamada “lengua de vaca”. Sus demandas chocan frontalmente con las de países como Vietnam, Filipinas, Malasia o Brunei, incluso con Taiwán. Todos reclaman su parte del pastel en una atractiva zona de paso comercial entre el Pacífico y el Índico, que supone alrededor de un tercio del tránsito marítimo mundial; donde hay reservas de petróleo y gas; y que es además una región de abundante pesca. China ha construido bases militares en algunos pequeños islotes y corales que se encuentran en aguas internacionales o en las zonas de exclusividad económica (ZEE) de otros países. Se sospecha que también han construido islas para fines militares. De esta manera, Pekín se planta ante unas demandas que datan de 1947 y que fueron desaprobadas por el tribunal internacional de La Haya en 2016. Filipinas inició aquel proceso ante la expansión del gigante asiático y ésta es una de las principales fisuras entre ambos países.
La semana pasada, Manila acusó a Pekín de iluminar con un láser de “grado militar” a una embarcación de guardacostas que operaba precisamente en el Mar de China Meridional el 6 de febrero. Además, el barco chino realizó, según las autoridades filipinas, “maniobras peligrosas” a tan solo 150 metros a estribor de su navío. No se trata de un incidente aislado, ya que en junio del año pasado, un buque de la armada china iluminó con luces azules e intermitentes a un remolcador de los guardacostas filipinos y, seis meses antes, Canberra acusó a China de dirigir un láser de tipo militar hacia uno de sus aviones de guerra frente a las costas del norte de Australia. Los choques entre el Ejército de Liberación Popular y la Marina o Fuerzas Aéreas de otros países son habituales y también en forma de amenazas radiales. “Salgan inmediatamente y manténgase lejos” y “avión militar filipino, le estoy avisando otra vez, váyase inmediatamente”, es una de las comunicaciones que han salido a la luz recientemente en altercados que sucedieron en zonas disputadas por ambos países.
EE.UU se posiciona
Precisamente, EE.UU. y Filipinas acordaron este mes una actualización al pacto ya existente desde 2014 en materia de defensa, en el que los estadounidenses tienen acceso a cuatro bases más del archipiélago (que se unen a las cinco donde ya tenían presencia). Su isla más septentrional está a tan solo 190 kilómetros de Taiwán y convierten este acuerdo en un elemento crucial en caso de que China use la vía bélica contra la isla autónoma. Los lazos con Japón también son firmes y hay alrededor de 56.000 militares estadounidenses de los diferentes cuerpos repartidos en siete bases. Es el país donde más presencia tienen fuera de su territorio. Tokyo ha contribuido, además, a subvencionar parte de la nueva base que EE.UU. está construyendo en la isla de Guam, la primera en 70 años, y que contará con 5.000 Marines. Se une a otra base aérea en el norte de la isla. Australia va a incorporar una flota de submarinos nucleares estadounidenses y británicos que tensan aún más la cuerda con China en medio de los intentos por normalizar su relación comercial prácticamente rota desde el inicio de la pandemia. Además, en Canberra ven con buenos ojos que los estadounidenses amplíen su personal militar en el país.
El Indo-Pacífico tiene muchos componentes enfrentados bajo el paraguas de lo que dicte la relación entre EE.UU. y China. Ya sea por asuntos relativos o no a la región, es ahí donde se encuentra la válvula de escape de esta olla a presión que cocina a fuego lento muchos asuntos sin resolver, armamento nuclear preparado para ser usado e intereses muy delicados para los que, desafortunadamente, no basta con aplicar la sensatez.