No todos son 'espías': así funciona la flotilla mundial de globos meteorológicos
La Organización Meteorológica Mundial recuerda la importancia de estos dispositivos para el conocimiento diario del clima
Un millar de globos del Sistema de Obsevación Global vuelan a diario de forma coordinada para transmitir datos de todo el planeta
Equipados con radiosondas, transmiten información dos veces al día
No pongan a los globos en la diana. Cuando el pasado 3 de febrero Estados Unidos monitorizaba el objeto volador no identificado que recorría el país de Oeste a Este se planteó como primera hipótesis que fuera un globo meteorológico.
Una observación más detallada impuso la versión de que era un supuesto globo espía chino, y que lo mejor era echarlo abajo, una misión cumplida expeditivamente por un caza de la Fuerza Aérea, que lo tumbó frente a las costas de Carolina del Sur.
MÁS
EEUU suspende la búsqueda de los restos de los globos derribados sin ser recuperados
Taiwán dice que no sacará "conclusiones precipitadas" sobre los restos del globo chino hallado en su territorio
El FBI analiza los restos del globo chino derribado en Carolina del Sur, tras concluir las labores de recuperación
En los días posteriores, Estados Unidos ha derribado tres objetos más, de menor tamaño, que sobrevolaban su espacio aéreo, y cuyos restos no se han recuperado.
Ante esta 'cacería', la Organización Meteorológica Mundial ha salido en defensa de los globos meteorológicos, sus grandes aliados desde hace décadas.
Estos dispositivos son fundamentales en el Sistema de Observación Global en los que se basan los pronósticos meteorológicos y el monitoreo del clima.
¿Por qué son tan importantes?
Los globos incorporan un a radiosonda alimentada con baterías y son la principal fuente de datos sobre el suelo. Proporcionan información en tiempo real para modelos de pronóstico por computadora; ofrecen datos locales para que los meteorólogos hagan pronósticos y predigan tormentas y monitoricen el clima.
Además, aportan datos para la investigación y para comprender mejor el clima y los procesos climáticos. Todos los pronosticadores de todo el mundo utilizan modelos de pronóstico por computadora que utilizan datos de globos meteorológicos.
Junto a los globos, el Sistema de Observación Global se sirve de más de 50 satélites. Los datos de los océanos se toman con 400 boyas amarradas, 1.250 boyas a la deriva y 7.300 barcos. Además, hay 4.000 aviones de unas 40 compañías comerciales que aportan datos al Sistema de Observación.
1.000 globos sincronizados
Todos los días se recopilan millones de observaciones en todo el mundo, y en esa compleja labor participa un 'ejército' de dispositivos, entre los que figuran mil globos meteorológicos equipados con radiosondas.
Están hechos de látex de caucho natural o látex sintético a base de policloropreno. La mayoría pesa unos 500 gramos, aunque sus pesos oscilan entre los 100 gramos hasta un kilo.
Están rellenos de helio o hidrógeno. Al soltarlos, miden menos de 2 metros de ancho, pero durante el ascenso, la presión del aire alrededor del globo disminuye, lo que permite que el gas en el globo se expanda a medida que se elevan a unos 6 metros de diámetro.
Cómo funcionan
Las radiosondas, que actúan como estaciones en el aire, se conectan a globos que se elevan libremente en el aire. Su misión dura alrededor de dos horas. El millar de globos que compone 'la flota' y se lanzan simultáneamente desde casi 900 ubicaciones en todo el mundo.
La mayoría de las estaciones (más de dos tercios) informan dos veces al día sobre sus observaciones, a las 0000UTC y 1200UTC. Entre cien y doscientas estaciones lo hacen una sola vez al día.
Los globos miden la presión atmosférica, la velocidad del viento, la temperatura y la humedad desde la superficie hasta alturas de hasta 35 km. En su vuelo, la radiosonda soporta temperaturas de hasta -95ºC, y puede verse inmersa en tormentas o aguaceros.
Pueden viajar muchos kilómetros antes de que el globo reviente y caiga de nuevo a tierra bajo un paracaídas. En su periplo, un transmisor en la radiosonda envía los datos al equipo de seguimiento en tierra cada uno o dos segundos. Al rastrear la posición de la radiosonda, también podemos calcular la velocidad y la dirección del viento.