Cuando Turquía lucha contra los devastadores efectos del terremoto que ya se ha cobrado la vida de más de 35.000 personas en el país, un nuevo estudio vuelve a avivar el miedo a una gran catástrofe. Sumándose al temor provocado por las más de 3.800 réplicas que siguieron al potente seísmo que provocó la tragedia, un grupo de investigadores apunta ahora que Estambul, capital de Turquía, está también en riesgo de sufrir un gran seísmo en el futuro.
Concretamente, lo que defienden es que han detectado una relación anómala entre los niveles del mar y la sismicidad en el Mar de Mármara, que atraviesa Estambul, algo que podría indicar que las fallas subyacentes están en proceso de desencadenar un terremoto también en la capital, donde viven más de 15 millones de personas.
Alertando del riesgo de terremoto, pero sin estimar cuándo podría ocurrir, el estudio, encabezado por Patricia Martínez-Garzón, del Centro Alemán de Investigación de Geociencias GFZ, incide en la necesidad de recurrir a nuevos modelos, basados en el análisis de fenómenos cuasi periódicos, –como los movimientos de las mareas de los océanos o los efectos estacionales, como las masas de agua adicionales debido a la precipitación– usando catálogos de alta resolución con umbrales de detección bajos, además de la inteligencia artificial, para mejorar nuestra capacidad de predecir seísmos.
En el caso de este equipo, lo que han detectado es que, tras investigar el efecto de las variaciones de tensión de los cambios en el nivel del mar sobre la sismicidad en un sistema hidrotermal en la región oriental del Mar de Mármara, en el transcurso de seis meses, todos los resultados muestran que las tasas de sismicidad locales aumentaron significativamente poco después de los mínimos en el nivel del mar, cuando este está subiendo.
Turquía está atravesada por dos grandes fallas geológicas: la de Anatolia del Norte y la de Anatolia del Este. La península de Armutlu es un área sísmicamente activa directamente al sur de la capital turca. La región forma parte del sistema activo de fallas de Anatolia del Norte, conocidas por formar parte de un límite de placas tectónicas capaz de generar terremotos devastadores. El último fue en 1999, cerca de Izmit, y causó 20.000 muertes. La rama principal de la falla está directamente entre Estambul y Armutlu y actualmente, dicen los investigadores, “se identifica como una brecha sísmica” que se cree en cualquier momento podría fallar dando lugar a un gran terremoto.
De hecho, a este respecto, lo que el estudio concluye es que “el papel de los cambios en el nivel del mar en las tasas de sismicidad respalda la noción de que la región está cerca de fallar y que pequeñas perturbaciones de tensión pudieron desencadenar la sismicidad”.
Para llegar a ello, los investigadores, a través del compilado de catálogos de sismicidad de alta resolución en la región, descubrieron eventos de hasta 4,5 MW durante un período de seis meses, desde noviembre de 2018 hasta mayo de 2019. De ese modo, por primera vez en la zona, midieron el impacto de los cambios en el nivel del agua en la sismicidad del Mar de Mármara.
A este respecto, subrayan en su estudio, aunque queda por investigar si el efecto detectado se mantiene en una escala decenal o si es solo temporal, el hecho de que las fluctuaciones del nivel del mar ocurran con fuerzas desencadenantes tan débiles podría indicar que las fallas del área analizada están “cerca de quebrar”, provocando con ello más terremotos.
En esta línea, la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD), dependiente del Ministerio del Interior de Turquía, este mismo miércoles ha apuntado a una “situación inusual” sobre el terreno en el que trabajan los efectivos de búsqueda y rescate tras el último terremoto por las más de 3.800 réplicas que se han registrado.
"Hubo una réplica muy intensa. Estamos haciendo frente a una situación inusual. Hasta ahora se han registrado 3.858 réplicas", ha señalado el director general de la AFAD para Reducción de Riesgos, Orhan Tatar, quien ha confirmado además que los desplazamientos de tierra a causa del terremoto son en algunos puntos de más de siete metros.
Dada la fuerza del seísmo, más de 50.500 edificios se derrumbaron o necesitan “una demolición urgente” debido a los graves daños estructurales sufridos. Además, 11.114 edificios han sufrido daños "moderados", mientras que 99.300 han sufrido daños "leve”, aunque todavía se sigue trabajando en analizar el alcance de la catástrofe.