La nueva ofensiva de Rusia en el este de Ucrania ya ha comenzado. Así lo ha confirmado Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, que asegura que Vladímir Putin está enviando miles de tropas más a enclaves como Bajmut, en la región de Donetsk, en el Donbás. Hacia allí se dirigen los paramilitares del grupo Wagner, unos soldados bajo las órdenes del Kremlin que van atacando varias ciudades a su paso.
Ucrania reconoce que la situación es muy complicada por el recrudecimiento de los combates en Bajmut, una localidad que los rusos tratan de conquistar desde hace meses. Los enfrentamientos resuenan cada vez más cerca de Kramatorsk, también en la región de Donetsk. Allí, las bombas del Kremlin han alcanzado este lunes un hospital. El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, vigila de cerca la situación mientras pide ayuda y colaboración de la comunidad internacional.
Se trata de un hospital que ahora solo se encarga de atender a los soldados heridos del frente. Poco se sabe del ataque, porque las propias Fuerzas Armadas ucranianas no han querido dar detalles por miedo a que se vuelva a producir un nuevo ataque y también para evitar que se filtre información, ya que en los últimos días el Ejército ruso ha atacado posiciones estratégicas en donde se encontraban los soldados ucranianos provocando importantes bajas. El próximo 24 de febrero se cumple un año desde el inicio de la invasión.