Del dolor a la indignación: lo que Turquía no aprendió del gran terremoto de 1999
El Colegio de Arquitectos turco culpa del desastre a la violación de las normas de construcción y a las sucesivas amnistías a edificios levantados sin licencia
Tras la tragedia de 1999, el Gobierno turco introdujo un "impuesto de terremoto" supuestamente destinado a la prevención de este desastre
Una semana de los terremotos: el instante, la desolación, la esperanza y la devastación
Cuando el edificio de apartamentos de Zafer Mahmut Boncuk se vino abajo hace justo una semana en la ciudad turca de Antakya, su madre quedó atrapada bajo los escombros. Sobrevivió 24 horas. Su hijo pudo hablarle, tomarle la mano y darle agua, pero nadie acudió a sus llamadas de auxilio y tardaron días en rescatar su cuerpo. El dolor de Boncuk se ha transformado en ira y frustración que no puede contener por lo que considera una respuesta lenta e ineficaz del Gobierno de Ankara.
"¿Qué pasaría si fuera tu propia madre, querido Recep Tayyip Erdogan?, se pregunta Boncuk, de 60 años, según recoge AP. El presidente turco reconoció el pasado viernes que la respuesta a los terremotos "no fue todo lo rápida" que hubiera deseado. Pero la ola de indignación va más allá. Una semana después de los seísmos, el Colegio de Arquitectos del país ha denunciado que el incumplimiento de las normativas de construcción y las sucesivas amnistías dadas por el Gobierno a edificios levantados sin licencia explican el enorme número de víctimas mortales, más de 30.000, solo en Turquía, y un millón de personas sin hogar, según The Guardian.
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Erdogan llegó al poder hace 20 años. Ganó las elecciones por una abrumadora mayoría en un país que se recuperaba del gran terremoto de 1999. Más de 17.000 personas murieron por un temblor de 7,4 grados cerca de Estambul. Las autoridades prometieron más transparencia, regulaciones de construcción más estrictas e introdujeron un "impuesto de terremoto", supuestamente destinado a la prevención del desastre en un país que se asienta sobre dos grandes fallas geológicas.
"¿Dónde han ido todos nuestros impuestos recaudados desde 1999?", se preguntaba Celel Deniz, citado por la agencia AFP en la ciudad de Gaziantep. En estos años se habrían recaudado unos 4.600 millones de dólares, según recoge la BBC, pero cada vez que hay un terremoto el Gobierno nunca ha explicado públicamente cómo o dónde se invierte el dinero.
Concesión de licencias a edificios sin los permisos perceptivos
"La razón principal de esta enorme tragedia es el permiso concedido a edificios construidos sin respetar la normativa de construcción", ha señalado a Efe Emin Koramaz, presidente de la Unión de Cámaras de Arquitectos e Ingenieros de Turquía. Koramaz asegura que durante los 20 años que lleva en el Gobierno el AKP, el partido del presidente Erdogan, se han producido ocho grandes legalizaciones de edificios "inseguros, podridos e ilegales" y que habían sido construidos y habitados sin las correspondientes licencias.
Según The Guardian, sobre el papel, las normas de seguridad de la construcción de Turquía se encuentran entre los mejores del mundo y son específicas para regiones propensas a terremotos. El hormigón debe reforzarse con acero, y los muros de carga y los pilares deben distribuirse de tal manera que se evite que los pisos se apilen entre sí después de colapsar verticalmente.
Durante la campaña para las elecciones presidenciales de 2018, Erdogan recorrió las zonas más afectadas por los seísmos del pasado lunes entre ellas Gaziantep, anunciando que se habían resuelto los problemas de viviendas de cientos de miles de ciudadanos gracias a lo que llamó "paz de reconstrucción". Mediante ese proceso, miles de edificios construidos sin los perceptivos permisos recibieron licencias. Desde el Ayuntamiento de Estambul se ha señalado que en esa amnistía de 2018 casi 300.000 edificios fueron legalizados en las diez provincias arrasadas por el terremoto.
Más de una decenas de detenciones
De momento, las fuerzas de seguridad turcas han detenido a al menos una docena de personas, entre ellos constructores, arquitectos y aparejadores, relacionados con algunas de las decenas de miles de edificios destruidos o gravemente dañados en los terremotos. La Fiscalía turca ha emitido otras 100 órdenes de detención contra personas sospechosas de negligencia en la edificación de edificios y ha creado una unidad especializada en investigar lo sucedido.
A tres meses de las elecciones del 14 de mayo, el futuro político de Erdogan podría depender de su gestión de la tragedia. Muchos en Turquía como Boncuk, expresan una frustración similar porque las operaciones de rescate han sido dolorosamente lentas y aseguró que la gente estaba "cansada y harta" de las autoridades. Para él, la muerte innecesaria de su madre es una tragedia de la que será difícil recuperarse en una ciudad que quedó casi destruida por el terremoto.