La historia de superación de Simone Robertsonn está recorriendo el mundo entero. Esta madre de dos hijos era adicta a las tostadas, comiendo más de 12 rebanadas de pan al día, pero se propuso dejar ese mal hábito y perdió casi 100 kilos.
Tras dos embarazos muy difíciles, Simone comenzó a descuidar su alimentación y solo comía tostadas y bocadillos como "consuelo".
Su salud fue empeorando y fue ganando cada vez más kilos: "apenas podía subir unos pocos escalones", lamenta, y narra que incluso una vez tuvo que llamar a su madre para pedirle que la ayudara porque tenía "demasiado dolor" para simplemente caminar.
Los médicos advirtieron a la mujer de que sus malos hábitos de vida podrían provocarle una muerte por insuficiencia hepática, algo que hizo que Simone cambiara su actitud.
Desde ese momento, la mujer se propuso acabar con sus tostadas y bocadillos y comer de forma más saludable. Así, en solo 18 meses, ha dado un giro radical a su vida: "Realmente no puedo creer la diferencia que ha hecho en mi vida. Pensé que me iba a morir, pero los médicos están asombrados cuando los escáneres muestran que mi hígado ha vuelto a la normalidad", comparte alegre.
"Intenté hacer dieta durante años y no tuve suerte, nada parecía funcionar para mí, pero al tocar fondo supe que tenía que seguir así esta vez", explica.
"Tenía que estar presente para mis hijos y mi esposo", agrega, según recoge Daily Star. ''Fue difícil renunciar a todas las comidas que amaba, las tostadas son literalmente mi comida favorita en todo el mundo, pero valió la pena", asegura.
''Ahora me mantengo alejada de cualquier cosa procesada y solo como comidas buenas, frescas y saludables", comparte.
"Es increíble pensar lo lejos que he llegado", admite encantada.