Quien ha pasado por la angustiosa experiencia de quedar atrapado bajo escombros y esperar un rescate jamás lo olvida. Este viernes, algunas personas que vivieron esa pesadilla, como sucedió con el terremoto de Lorca en 2011, relatan sus vivencias y se ponen en la piel de los ciudadanos turcos y sirios que afrontan estos días tan dramáticos. Sus testimonios son impresionantes.
El terremoto en Lorca (magnitud 5,1) en el que murieron nueve personas en 2011, dejó gravemente herida a Mari. Quedó atrapada por una pierna y los médicos se la tuvieron que amputar: "Esa angustia yo la viví y no la viví tantísimo tiempo. No se la deseo a nadie. Me pongo en esa piel y no puedo llegar a pensar cómo el ser humano podemos aguantar tanto".
Hasta ayer, Mari no pudo ver las imágenes de Turquía y Siria: "Decidí verlas porque creo que es una cosa que yo tengo que superar". Miles de personas siguen buscando a familiares y seres queridos bajo los edificios en ruinas.
Inma pasó varias horas bajo toneladas de escombros al derumbarse una escuela en Igualada en 1998. No fue un terremoto, pero las consecuencias fueron devastadoras. Dos alumnas fallecieron y ella cayó desde una altura de 24 metros, quedando atrapada. "Me acuerdo que empecé a chillar como una loca y entonces escuché a un bombero y me dijo: 'Yo me llamo Abel y te voy a sacar'. Me acordaré toda la vida de su nombre".
Nunca perdió la consciencia estando bajo los escombros. "Ahora veo las noticias y dicen 'se están acabando las horas para encontrar a gente'. Pero es que a lo mejor esa persona tiene más aguante", señala Inma emocionada. Estos días, con lo sucedido en Turquía y Siria, reviven experiencias que los marcaron para siempre,