Frente a la destrucción y la tragedia, la imagen para la esperanza en Turquía y Siria tras el devastador terremoto es la de los miles de rescatados con vida, como una bebé recién nacida cuya madre dio a luz entre los escombros, o Nour, la niña que ya es un símbolo de la catástrofe y que fue hallada entre los cascotes y un amasijo de hierros, sepultada. Mientras, cada minuto que pasa reduce las posibilidades de encontrar más supervivientes y los equipos de rescate, sin tiempo que perder, siguen trabajando sin descanso.
Como un impulso para encontrar aliento en medio de la desolación, cada persona hallada con vida se celebra como una conquista frente a la muerte; frente al balance de víctimas mortales dejado por el seísmo, que ya se cuentan por más de 8.700.
El caso de la bebé recién nacida entre los escombros, específicamente, se ha vivido como un milagro entre la tragedia. La encontraron con vida en una ciudad en la frontera de Turquía con Siria, con el cordón umbilical todavía unido a su madre, ya muerta. Su padre y sus cuatro hermanos también habían fallecido.
“Probablemente nació tres horas antes de producirse el rescate”, cuenta ahora un médico.
Una vecina cortó el cordón y dio la voz de alarma. La bebé tiene un hematoma grande en la espalda. Probablemente, algo le presionaba. También hay heridas en la cara, frente, oreja y costillas. Sin embargo, en medio de tanto dolor, la vida se abrió paso y ahora la recién nacida, sin nombre, se recupera en una incubadora.
Como ella, miles de supervivientes han sido rescatados, algunos de ellos tras más de 40 horas bajo los escombros. En Kahramanmaras, el epicentro de la tragedia, consiguieron sacar a un joven de 26 años y Arif, de solo 3, hospitalizado con su padre y rescatado poco antes.
Hoy, los rescatadores han amanecido exhaustos, pero la lucha continúa y siguen trabajando contra reloj.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, quien ha declarado el estado de emergencia durante tres meses, ha creado un Centro de Gestión de Crisis en el Ministerio de Defensa para "enfrentar este gran desastre", con el fin de transportar al personal y el equipo de rescate a través de un puente de ayuda aérea.
Concretamente, 2.600 miembros del personal de rescate han sido trasladados de varios puntos del país a los lugares afectados, junto con 78 vehículos, otros materiales y 75 aeronaves, según ha precisado el ministro de Defensa, Hulusi Akar.
Mientras, en Siria, el Ministerio de Sanidad ha explicado que todos están trabajando a la máxima capacidad: "Estamos en una carrera contra el tiempo y trabajando con las máximas energías disponibles y con la cooperación de todas las partes", han expresado en un comunicado.
Según el último balance de víctimas, las autoridades de Turquía y Siria han señalado que más de 8.700 personas han muerto en la catástrofe, mientras los heridos se elevan ya más allá de los 41.600; unas cifras que, no obstante, se espera que se sigan elevando.
Según el vicepresidente turco, Fuat Otkay, más de 6.200 personas han fallecido en su país, mientras que más de 37.000 han resultado heridas.