El devastador terremoto que ha sacudido al sur de Turquía, en las proximidades de la frontera con Siria, deja ya más de un millar de muertos, según datos aportados por las autoridades de ambos países. La cifra de víctimas, no obstante, se espera que continúe en aumento, dada la magnitud de la tragedia y la crudeza de las imágenes, que muestran la desolación y el pánico en la zona, con los servicios de rescate afanados en encontrar supervivientes entre los escombros.
Con epicentro en el distrito de Pazarcik, en la provincia de Kahramanmaraş, el seísmo, de 7,4 en la escala de Richter, desataba la catástrofe en medio de la impotencia y el miedo de los afectados, que entre rezos y gritos observaban cómo los temblores se iban recrudeciendo hasta cumplirse sus peores temores: múltiples edificios comenzaron a moverse y, sin resistir, como si fuesen parte de un frágil castillo de naipes ante la fuerza del terremoto, empezaron a caerse, sepultando con ellos a numerosas personas.
Desde la carretera, algunas imágenes de los conductores apresurándose a acelerar entre viviendas que caían a su paso, muestran el pánico y el alcance de la tragedia, de la que algunos han conseguido salvarse de milagro.
Los rayos, el estruendo y los temblores que precedían al seísmo presagiaban lo que ahora presagia el escenario de destrucción que ha provocado: un auténtico drama con centenares de muertos que ha conmovido a la comunidad internacional.
Desde Ucrania, en plena guerra, incluso su presidente, Volodímir Zelenski, se ha pronunciado para solidarizarse con el pueblo turco e, incluso, y pese a sus circunstancias, ofrecer “asistencia”.
“Estamos listos para brindar la asistencia necesaria para superar las consecuencias del desastre”, ha dicho.
También Rusia, en el otro lado, ha expresado sus “profundas condolencias”, con Vladímir Putin lamentando la "gran pérdida de vidas y masiva destrucción causadas por el potente terremoto", según un comunicado emitido por el Kremlin en el que señalan que están “preparados para dar toda ayuda necesaria” a las autoridades turcas.
Como ellos, múltiples naciones han trasladado el mismo mensaje: “Nuestros pensamientos están con la gente de Turquía y Siria. La Unión Europea está lista para ayudar”, ha dicho el alto representante para Política Exterior y Seguridad de la Unión Europea
En un balance de víctimas mortales preliminar e inexacto, temiéndose cifras mucho más abultadas, el vicepresidente turco, Fuad Oktay, señalaba que al menos 284 personas han muerto y más de 2.300 han resultado heridas a causa del terremoto, especificando que los datos corresponden al recuento de daños en diez provincias del país. Instantes más tarde, tal como preveía, los números se alzaban acercándose al millar de fallecidos.
"No es posible dar un número exacto de muertos y heridos en estos momentos", había dicho, por su parte, el gobernador de la provincia de Kahramanmaras, Omer Faruk Coskun, quien ha lamentado los “graves” daños provocados por el terremoto.
Mientras, el alcalde de la región Hayrettin Gungor, ha reconocido que la situación es un "desastre" y ha añadido que las autoridades "están sobre el terreno con todas sus capacidades". "Nuestra petición a los ciudadanos es que no se agolpen y no alteren el tráfico. Necesitamos ayudar a los equipos (de búsqueda y rescate)", ha señalado.
En una rueda de prensa en la que el Gobierno turco ha declarado el nivel más alto de alarma, que incluye la solicitud de ayuda internacional, el ministro del Interior, Suleyman Soylu, ha precisado que se han enviado numerosos equipos de búsqueda y rescate a las zonas del terremoto, que también ha provocado graves explosiones de gasoductos y ha causado daños en importantes infraestructuras, como el aeropuerto de Hatay, entre otras.
Por su parte, el presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, ha lanzado un mensaje de apoyo a los afectados por el terremoto y ha señalado que se están haciendo todos los esfuerzos para coordinar el trabajo en la zona y rescatar a los supervivientes. "Esperamos superar este desastre juntos lo antes posible y con el menor daño posible, y continuamos con nuestro trabajo", ha dicho a través de su perfil de Twitter.
También en Siria el terremoto ha sido absolutamente devastador. Según datos del Ministerio de Sanidad del país, más de 240 personas han muerto y más de 640 han resultado heridas, la mayoría víctimas que residen en las provincias de Latakia, Alepo, Hama y Tartus.
Estos datos, también preliminares, igualmente se espera que vayan en aumento, mientras el Ministerio de Defensa sirio ha anunciado la movilización de todas sus unidades e instituciones para dar ayuda a los damnificados.
En esa línea, el presidente del país, Bashar al Assad, –tal como recoge Europa Press citando un comunicado recogido por la agencia estatal siria de noticias, SANA–, ha encabezado además una reunión de emergencia del Gobierno para analizar la situación.
Al balance de víctimas aportado, además, hay que sumar más de 90 muertos y 500 heridos en las zonas controladas por los rebeldes en las provincias de Alepo y Idlib, tal y como ha detallado en declaraciones a la agencia alemana de noticias DPA el presidente de la Sociedad Médica Sirio Americana, Basel Termanini.