Tragedia en una piscina de Cimitarra, en Colombia, donde un niño de 12 años ha muerto después de sufrir un ataque epiléptico cuando se encontraba jugando junto a su familia en una piscina de la localidad, de apenas 50.800 habitantes.
El menor, concretamente, se encontraba en ese momento con su tía, su tío y una prima, disfrutando de un día de intenso calor en la región. Tras estar jugando con ellos en una zona con unas escaleras, en un momento dado se alejó de ellos y le perdieron de vista.
“Fue una cuestión de segundos”, ha contado en declaraciones al medio colombiano ‘Caracol Radio’ la administradora del balneario en el que se encontraban, Rosalba Meza, quien ha indicado que todo se produjo a las 18:59, cuando ya había caído la noche en la zona.
Fue justo en ese momento, y pese a que su tía a excepción de esos segundos había permanecido todo el rato muy pendiente del niño, –según afirma Rosalba–, cuando el menor “sufrió una convulsión”, un ataque epiléptico por el que perdería la vida en la piscina.
Cuando la tía se dio cuenta de que el niño no estaba junto a ellos, muy nerviosa, comenzó a buscarle “por todas partes”, pidiendo ayuda a los presentes. “Buscó en la tienda del lugar, en el baño, pero no se le ocurrió mirar debajo del agua”. No podía esperar que estuviese allí ahogado.
Fue instantes después cuando se dieron cuenta de que el niño “ya estaba en el fondo del agua”, y, tal como han podido comprobar en el vídeo de la cámara de seguridad del lugar, la cual registró los hechos, no fue hasta las 7:12 cuando le sacaron de la piscina.
Entre todos, le sacaron del agua y, tras llegar los efectivos de emergencia, le trasladaron al hospital. Sin embargo, no pudieron hacer nada por salvarle la vida. Esos 13 minutos que tardaron en sacarle tras sufrir un ataque epiléptico resultaron fatales.
La administradora del balneario, –quien ha señalado que “no fue un descuido” de los familiares porque todo el rato habían estado pendientes de él–, lamentando esos segundos en que el niño se alejó, ha reconocido que ese día no había socorrista en el lugar.
“Lo reconozco”, ha señalado, indicando que como “había poca gente”, no estaba presente, indicando que solo le lleva “cuando hay mucha gente”, justificando que no hay una normativa específica en la localidad y que, habitualmente, esa función acaban desarrollándola “jóvenes sin cualificar” que terminan simplemente “hablando con las niñas” porque no encuentra “mano de obra cualificada en el pueblo”. Para ello, ha señalado, hay que “traerlo de fuera”, indicando que ello conlleva “costes” añadidos, razón por la cual ha realizado un llamamiento en Caracol Radio para que “la Administración haga valer las cosas”.
“Si nos exigen a todos, todos hacemos. Que se pongan en la tarea de capacitar personal para eso. No justifica pagar a una persona aquí para que hablen con los niños. Tampoco es el negocio. Yo no tenía salvavidas porque realmente había muy poca gente. Yo traigo cuando hay mucha gente. Ese día había muy poca gente porque hacía un sol muy bravo”, ha dicho, manifestándose consternada por la muerte del menor y señalando que ese día en la piscina solo había “tres familias”, por lo que consideró no convocar un socorrista, siendo los trabajadores convencionales del lugar los que atendieron la emergencia junto a la familia. “Yo misma llamé a la policía”, ha señalado.