La sanidad italiana se resiente: faltan unos 15.000 médicos
Uno de los grandes problemas es la organización del acceso al sistema público de los médicos tras el período de formación
Algunas medidas han sido llevadas a cabo por diferentes gobiernos, pero a nivel estructural el sistema se tambalea
Italia no tiene suficientes médicos. Cuando dentro de unos años las generaciones que ahora trabajan se jubilen, no habrá suficiente personal para ocupar sus puestos, para realizar el relevo. Las consecuencias de una mala planificación, que ha limitado el acceso a la profesión y a la contratación durante décadas deja efectos ya muy visibles en diferentes zonas del país, especialmente en el sur, donde la falta de recursos es una constante no solo en el tema sanitario. Según estimaciones de Anaao Assomed, uno de los principales sindicatos del sector, faltan 15.000 médicos en los hospitales italianos. Pero la previsión a largo plazo es aún más preocupante: la Fimmg, la federación italiana de médicos generales, estima que 33.000 médicos de base/generales se jubilarán para 2028, mientras que para Anaao, 47.000 médicos de hospital habrán dejado sus trabajos para la misma fecha. Un total de 80.000 profesionales. Si la situación no cambia, dentro de 5 años faltarán el triple de médicos que faltan ahora en Italia, según los principales sindicatos. El sistema, en definitiva, no aguanta.
La pandemia ha sido un punto de inflexión para una debacle aún más marcada. La situación de emergencia derivada del COVID ha definido una clara falta de personal que en aquel momento se hizo más latente que nunca. Casi tres años después el servicio de sanidad pública no ha mejorado, no ha habido un cambio estructural que pueda dotar de profesionales un sistema que se siente ahogado. Muchos profesionales decidieron jubilarse de forma anticipada, tras el estrés derivado; otros han optado por trabajos menos exigentes; algunos se han ido al extranjero. El estrés sobre la sanidad de estos años de pandemia ha hecho al sistema resentirse más que nunca, pero los problemas estructurales venían de mucho antes.
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Lo explica el periodista especializado en sanidad del diario Repubblica para NIUS Michele Bocci. “En Italia el gran problema no son las personas que estudian Medicina, que son suficientes, son las plazas para la especialización tras la carrera, que son muy reducidas y eso deja a muchos profesionales fuera del sistema. Muchos de los médicos nacidos en los años 50 se han jubilado ya, mientras no se ofrecían plazas para cubrir sus especializaciones. Por otra parte la demanda es enorme y médicos especializados muy pocos, eso hace que estos acepten solo las ofertas más atractivas, dejando vacíos los repartos de urgencias, por ejemplo, que son mucho más duros”, explica. “Las malas condiciones de trabajo los alejan de ese tipo de especializaciones, a muchos les conviene hacer horas de guardia varias veces al mes que estar contratados fijos”, añade relatando la precariedad del sistema. Las medidas, argumenta, introducidas en las últimas legislaturas para aumentar plazas, se verán a largo plazo, cuando esa gente termine sus años de estudio, a corto plazo no hay ninguna solución.
La parlamentaria de la oposición del M5S, Marianna Ricciardi, médico de profesión y de origen napolitano habla desde su posición política y también desde su experiencia personal. “Los profesionales sanitarios se sienten poco valorados por la pública y acaban viendo más atractivo el sector privado. Si ya son pocos y se van al privado la situación empeora siempre”, explica. Riccardi recuerda también las múltiples agresiones conocidas en los últimos meses a médicos mientras estaban trabajando en urgencias, algo que define como la punta de un iceberg de un problema de carencia de personal.
Aspecto que también reconoce el presidente del sindicato Anaao, Pirino di Silverio, que lamenta además la poca financiación de las últimas décadas de la sanidad, víctima de varias crisis. Di Silverio apunta un dato que ilustra esta realidad: la media europea en el porcentaje de gasto en sanidad con respecto al PIB es del 11,4%, en Italia, es la mitad, un 6,1%. Aunque los datos hablan de una grave escasez de médicos en la sanidad italiana, para los profesionales extranjeros es muy complejo acceder a esas plazas vacantes. El reconocimiento de las cualificaciones es un proceso largo independientemente de que se vaya a trabajar a un hospital público o privado. Además, muchas regiones de Italia siguen ofreciendo puestos a los que solo pueden acceder perofesionales con ciudadanía italiana, lo cual acorta más la lista de médicos posibles.
Retirar el numerus clausus para entrar a medicina
Durante los últimos meses se ha escuchado hablar mucho en Italia sobre cuál podría ser la solución a este problema. En el debate político se habla de la eliminación del número cerrado para la facultad de medicina con el objetivo de hacer entrar muchos más alumnos, que en un futuro pudiesen solucionar la falta de personal en los hospitales. Sin embargo esta solución, que podría ser favorable, incorporaría esas generaciones más numerosas solo dentro de al menos una década.
A corto plazo la opción que parece más factible es la de contratar médicos extranjeros. Es el caso de Calabria, donde la falta de personal se ha hecho tan latente y desde hace meses se contratan médicos cubanos ante la falta de personal. El testimonio de los ciudadanos que acceden al sistema público de la región italiana del sur, en la punta de la bota, se encuentran siempre hospitales que parecen de hace 40 años y una falta de medios y personal casi difícil de creer en un país europeo como Italia. Así lo anunciaba hace solo unos días el presidente de la región de Calabria. “Hoy se incorporan los 51 médicos cubanos que llegaron a Calabria el pasado 28 de diciembre. En las últimas semanas han seguido un curso intensivo de italiano en la Universidad de Cosenza, y ahora están listos para comenzar", dijo Roberto Occhiuto, presidente de la región de Calabria.
“Para traerlos a Italia superamos polémicas y muchas trabas burocráticas. Como he dicho varias veces, los médicos cubanos no quitarán ningún trabajo a los médicos italianos o calabreses”, justificó. Pero explicaba, además, que eso no era suficiente y ponía el foco sobre la necesidad de convocatorias para plazas más atractivas para que puedan ser tomados en consideración por médicos que buscan trabajo. En definitiva, la certeza de que hace falta un cambio en el sistema de contratación de médicos para la pública en Italia y que las soluciones como la de esta región son un parche a corto plazo pero no resuelven el problema estructural de la sanidad.