Un tunecino ha muerto tras prenderse fuego después de perder su empleo en un incidente que recuerda a otra inmolación hace diez años y se convirtió en el detonante de la revolución en el país norteafricano, que pronto se extendió por el resto de la región en lo que se conoció como la Primavera Árabe.
Según informa la emisora Mosaique FM, citando a fuentes oficiales, el incidente tuvo lugar frente a un edificio del Gobierno tunecino en la ciudad de Nabeul, en el noreste del país, el sábado por la noche. Tras recibir atención médica en el lugar, acabó sucumbiendo a sus quemaduras en el hospital.
Según las fuentes de la emisora, el fallecido era guardia en una delegación del Gobierno y padre de tres hijos que había perdido recientemente su trabajo debido al crítico momento económico que atraviesa el país, ahora mismo bajo el presidente Kais Saied, quien se ha arrogado prácticamente el poder absoluto en lo que sus críticos han denunciado como un autogolpe de Estado.
En 2010, el vendedor de verduras Mohamed Buazizi se prendió fuego en Túnez, desesperado por su situación. Su muerte provocó protestas masivas en el país y el derrocamiento del presidente Zine El Abidine Ben Ali en enero de 2011.
Las protestas se extendieron a otros países de la región árabe y provocaron la caída de varios jefes de Estado y, durante un tiempo, Túnez fue considerado el único país de la región que logró la transición a la democracia.
Sin embargo, Saied ha aumentado significativamente su poder desde el año pasado y los críticos temen un declive definitivo hacia un gobierno autocrático.