Sorprendente hallazgo de una niña, encuentra un diente de megalodón en una playa

Una niña de 9 años y con gran proyección en la paleontología, realizó un importante hallazgo en la mañana de Navidad cuando paseaba por una playa de Meryland, un enorme diente de un megalodón prehistórico de casi 13 centímetros.

Molly Sampson, la estudiante de cuarto grado del colegio Prince Frederick, Meryland, Estados Unidos, ha puesto su nombre y el de la playa Calvert Beach en boca de medio mundo tras el importante hallazgo.

El amor por los fósiles le viene de familia a la pequeña le viene de familia, concretamente de su padre, por lo que lleva años peinando las playas de Merlyland en busca de dientes de tiburón, según afirmó la joven a CNN.

Una exploradora enamorada de los fósiles

Alicia Sampson, madre de Molly, asegura que le encanta explorar al aire libre; “Le encanta la caza del tesoro”

Para Papá Noel la joven exploradora había pedido el equipamiento necesario para poder ir en busca de dientes de tiburón y otros fósiles a la bahía de Chesapeake. Así que en cuanto abrió sus regalos en la mañana de Navidad se enfundó el equipamiento y se dirigió a la playa en busca de sus tesoros.

“Estábamos hundidos hasta las rodillas en el agua…vi algo grande y parecía un diente de tiburón”

Molly trató de agarrar el diente con una herramienta, pero era demasiado grande. Cuando se dio cuenta del tamaño real del diente, estaba “asombrada”. La emoción y la sorpresa embargaron a la niña.

La familia llevó el insólito hallazgo al Museo Marino de Calvert, donde el especialista en paleontología Stephen Godfrey confirmó lo que pensaban, el fósil era un diente de megalodón, enormes tiburones que vivieron hace más de 23 millones de años. 

El megalodón comía presas del tamaño de orcas

Una recreación 3D de un espécimen fósil excepcionalmente conservado de megalodón sugiere que medía 16 metros de largo y pesaba más de 61 toneladas.

Megalodón, el tiburón más grande que jamás haya existido, es legendario por su enorme diente del tamaño de una mano humana. Sin embargo, hay pocas pruebas fósiles de su cuerpo completo.

Se estima que el ejemplar recreado nadaba a alrededor de 1,4 metros por segundo, requería más de 98.000 kilocalorías diarias y tenía un volumen estomacal de casi 10.000 litros.